Margarita Hernández, una mujer que deja huella

La entrenadora de natación, con 24 años de trayectoria, se prepara para sus cuartos Juegos Paralímpicos y con más sueños que cumplir: en particular, que uno de sus atletas pueda romper nuevos récords

2781

Desde 1996, Margarita Hernández Contreras, egresada de la licenciatura en Cultura Física y Deportes de la Universidad de Guadalajara, dedica sus días a la enseñanza de la natación paralímpica.

A lo largo de su trayectoria ha visto el crecimiento de sus atletas, la consolidación de sus sueños, la obtención de medallas Paralímpicas y Parapanamericanas, que le han hecho merecedora de diversos reconocimientos, como dos Premios Estatales del Deporte y seis Premios al Mérito Deportivo, entre otros.

El trabajo que desempeña con los nadadores se ha traducido en medallas para México (Arnulfo Castorena: oro en Sidney 2000, plata y bronce en Atenas 2004, y plata en Londres 2012; Pedro Rangel: bronce en Atenas 2004, oro en Beijing 2008, y plata en Londres 2012), y en récords como el de Pedro Rangel, quien en 2018 se convirtió en el primer atleta paralímpico en cruzar a nado el Canal de la Mancha, con un tiempo de 15 horas y 48 minutos.

Hoy, aún tiene sueños por cumplir, quiere ver a algunos de sus atletas imponiendo un nuevo récord y espera formar parte de los que serían sus cuartos Juegos Olímpicos en Tokio.

En reconocimiento a su labor, el Centro Universitario de los Lagos (CULagos) le entregará el 10 de marzo el galardón Carlos Terrés, que por primera vez será otorgado a una mujer.

Platícanos de tu trayectoria.

Yo tuve la fortuna de comenzar en este medio de la natación desde que empecé a estudiar,  mi casa, que es la Universidad de Guadalajara, nos brinda la oportunidad de entrar como aprendices, empecé en el primer verano a impartir clases y a partir de ahí comencé a trabajar en un club. Tuve la fortuna de dar mi servicio social en el área de personas con discapacidad y a partir de 1996 empiezo con esta trayectoria de la natación paralímpica. Este año cumplo 24 años, es una labor hermosa, estoy agradecida con Dios y el universo, porque me apasiona lo que hago, viajo, conozco el mundo y personas muy lindas.

¿Qué te han dejado estos 24 años?

Mucho, me han dejado de todo, momentos difíciles, momentos extremos, pero también me han dejado muchas satisfacciones y yo creo que una de las más grandes es poder hacer un cambio en las personas con discapacidad. El que se sientan aceptadas por la sociedad, en que cambie su rostro de cuando ellos llegan a cuando pasan dos o tres años. Es un cambio radical y eso te va creando satisfacción, perspectiva, vas luchando cada vez más y nos mantenemos, eso es importante. Podría mencionar muchas dificultades, pero yo creo que hay que pensar mejor en los aciertos.

Háblanos de tus competencias.

Si me toca ir a Tokio serían mis cuartos Juegos Paralímpicos, yo la verdad quería llegar a cinco, me gustaría pensar en cerrar en París 2024, a veces es difícil pensar en cerrar y esas cosas, pero se me hace que cinco juegos es muy bueno para un entrenador, ojalá que la vida me dé ese privilegio. Los Juegos Parapanamericanos son muy satisfactorios, llevas un poco más de gente, se vive diferente, es una fiesta más en casa, en América, y son cinco participaciones en ellos y a ver en cuántos me toca cerrar. Mis juegos pasados en Perú me tocó calificar a ocho nadadores, más dos que a lo mejor ya no están conmigo, pero se formaron conmigo y es algo muy importante. Mi labor principal es esa: la formación.

¿Cómo vives cada medalla obtenida?

Cada una es diferente, cada atleta es diferente, cada momento es diferente, a veces increíblemente se siente una emoción muy importante con un nadador que baja  extraordinariamente una marca, aunque eso no se refleje en una medalla, pero es una satisfacción tan increíble que logras con ese objetivo y una medalla paralímpica, parapanamericana e, incluso, de paralimpiada nacional, depende con quién las disputes, cómo la ganes, todo eso es importante.

En su trayectoria ha cosechado como entrenadora seis medallas en tres participaciones en Juegos Paralímpicos. Foto: Cortesía

¿Qué te inspira?

Soy feliz de haber llegado a este medio que es la natación, mi labor es muy hermosa, yo llego a la alberca y me olvido de todo, estas ahí en el agua, con tus atletas. Tengo una hermosa familia, un esposo que me apoya increíble, que siempre está ahí impulsándome.

¿Qué sueños faltan por cumplir?

Un sueño deportivo es un record, me encantaría imponer un record, yo sé que Arnulfo Castorena en su momento impuso uno, pero en ese momento entrenaba conmigo y viajaba a la Ciudad de México con otro entrenador y a lo mejor eso es un objetivo compartido. Es algo que me gustaría, obtener un record de un atleta que yo entrene, ese es uno de mis sueños, otro es poder hacer un doctorado.

¿Cuál es tu filosofía?

Las cosas que pasan, sean buenas o sean malas, siempre te tienen que traer un crecimiento, porque en el día a día claro que nos encontramos miles de obstáculos, situaciones, pero también hay cosas tan hermosas como la sonrisa de la gente, esa es mi filosofía: todo lo que pasa es para mejorar, para aprender más.

¿Qué representa recibir el galardón Carlos Terrés?

Pocos reconocimientos se sienten con esta empatía hacia la gente que los entrega. Es triplemente emocionante, estoy orgullosa de donde nací y crecí. Esto se siente como regresar a tu inicio, es una emoción increíble. Yo estudié en la UdeG, y me siento orgullosa de que la Universidad reconozca una labor que yo aprendí en ella, ser entrenadora. Me siento apapachada, y ser la primera mujer en recibirlo me hace muy feliz.

 

Artículo anterior«Los lobos», manada universitaria triunfa en Berlinale 2020
Artículo siguienteCartón Falcón