Los rostros de un festival

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Shot of a live crowd at a concert

Mantener la continuidad, hacerlo de la manera más óptima en las áreas que corresponden a la organización, logística y curaduría de carteles, es uno de los aspectos que favorecen el desarrollo de los festivales dedicados a la música. En los últimos años hemos visto el crecimiento de escenarios como el Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino o el Corona Capital, las plataformas más importantes en México que, debido a la continuidad y a los ajustes necesarios en los puntos mencionados, tienen ya un antecedente histórico y una relación cercana principalmente con el rock y algunos de sus distintos derivados.

De creación reciente —la primera edición se llevó a cabo en noviembre del año pasado—, el Festival Coordenada, un esfuerzo entre Cultura UDG y Ocesa, llega a un segundo año de actividades entendiendo la relevancia de la continuidad para alcanzar una posición en el circuito de festivales en el país, una labor que cuenta con la experiencia, por un lado, de la empresa con mayores recursos en materia de producción de espectáculos en México y, por otro lado, de la Universidad de Guadalajara y la iniciativa llamada FIMPro, que persigue la profesionalización de los músicos y el desarrollo de la industria correspondiente.

Así, la segunda edición del Festival Coordenada tiene como cabezas de cartel a Blur y Café Tacvba, agrupaciones con destacadas trayectorias que no sólo tienen diferencias en lo que corresponde a la producción y estilo musical, sino en lo que concierne especialmente a su participación en este festival, ya que Blur representa (de alguna manera) una novedad y un atractivo para el cartel, mientras que Café Tacvba significa la ratificación de la ausencia de diversidad en el panorama de las bandas dedicadas al rock hecho en México.

La curaduría del Festival Coordenada mantiene la lógica de su primera edición: una selección de grupos de distintos calibres y estilos, tanto en inglés como en español, aunque con cierta reserva para arriesgarse todavía más y otorgarle una personalidad mejor definida. The Raveonettes, Foals, El Gran Silencio, Taraf de Haïdouks, Los Tres, Nacho Vegas, El Columpio Asesino, Little Jesus, Natalia Lafourcade, Presidente, Dread Mar I, Mon Laferte, Rebel Cats, Los Victorios, Descartes a Kant, Elsa y El Mar y Leiden, completan el listado de agrupaciones y solistas que participan en esta segunda edición.

Jordi Puig, coordinador general del Festival Coordenada, dice que uno de los principales propósitos de esta plataforma musical es lograr aumentar las cifras de asistencia y convertirla en una buena experiencia, además de que se le reconozca como un festival incluyente. La primera edición logró convocar aproximadamente a quince mil personas, una cifra que aparentemente no resulta negativa para un escenario de estas características. Sin embargo, Puig admite que el Festival Coordenada no puede considerarse todavía un negocio: “Seguimos en la etapa de inversión y de crecimiento”.

Por su parte, Igor Lozada, secretario de Vinculación y Difusión Cultural de la Universidad de Guadalajara, menciona que el Festival Coordenada es un reto para todos los involucrados en la organización, al mismo tiempo que continúa buscando el sentido de pertenencia para esta ciudad. “La característica fundamental es que la Universidad de Guadalajara está detrás del festival”. Agrega que proyectos como la FIMPro tienen el propósito de brindar herramientas para que los músicos sepan cómo pueden capitalizar sus propios recursos. “Es una manera de enraizar el proyecto”, dice Lozada, en referencia a la relación entre el festival y la FIMPro, que tiene como muestra la participación de Descartes a Kant, grupo local de art rock con un trayectoria de casi quince años, y Leiden, novel cantante y compositora que apuesta por el folclor latinoamericano. Ambas propuestas formaron parte de los showcases que presentó la FIMPro en su pasada edición.

Una de las modificaciones que tiene el Festival Coordenada es la inclusión de un tercer escenario dedicado de manera integral al world beat, algo que seguramente ofrecerá la propuesta en directo de Taraf de Haïdouks, grupo que posee prestigio dentro de la música de corte gitano. De esta manera, la diversidad de géneros dentro del festival va del noise pop, la cumbia y el rockabilly, hasta el reggae, el math rock y el happy punk.

Blur, agrupación capitaneada por Damon Albarn, editó el álbum The Magic Whip hace apenas dos meses, después de mantenerse fuera del estudio por más de doce años —aunque lanzó algunos sencillos y el directo Parklive. El disco, más que marcar el regreso de este grupo que supo apartarse a tiempo de las restrictivas maneras del britpop para dedicarse a la elaboración de canciones que agudamente escudriñan en los distintos comportamientos de la sociedad inglesa, significa una continuación que además muestra las “renovadas” capacidades creativas de la banda originaria de Colchester, Inglaterra.

La participación de Blur en el Festival Coordenada deja entrever los ánimos del cuarteto británico para retomar este tipo de escenarios. Damon Albarn es un músico hiperactivo que ha encabezado importantes proyectos, los cuales, curiosamente, se han transformado en grupos que rompen con la estructura tradicional: el caso más popular es Gorillaz. Además, Albarn tiene en su lista de lances musicales The Good, the Bad and the Queen y el álbum solista Every Day Robots.

El cartel también destaca por la presencia de The Raveonettes, grupo formado en Dinamarca que comenzó su carrera con el disco Whip It On, un manifiesto de acidez musical que evoca las series de televisión tipo B y que tiene algunos galanteos con el noise. Sharin Foo y Sune Rose Wagner, gradualmente han modificado su composiciones hasta llevarlas a los terrenos del noise pop, alcanzando importantes álbumes como In and Out of Control, Observator y Pe’ahí, esta última la grabación más reciente de la mancuerna danesa.

Por su parte, España está representada por El Columpio Asesino y Nacho Vegas, dos propuestas musicales distintas entre sí, que han conseguido prestigio en México particularmente por el sello impreso en sus canciones. En el caso de El Columpio Asesino por su extravagancia y desfachatez tan provocativa y, en lo que respecta a Nacho Vegas, por su acertada visión para romper paradigmas como compositor, algo que le ha valido ganarse a pulso un lugar de respeto en su país y algunos sitios de América Latina.

La primera edición del Festival Coordenada tuvo como cabezas de cartel a The Hives, Zoé y Editors, además de Enrique Bunbury y Andrés Calamaro, quienes se convirtieron en cómplices para la ocasión, asegurando una intensa respuesta del público. De esta forma, el Festival Coordenada, en su segunda edición, sostiene el compromiso de otorgarle a Guadalajara un lugar dentro del circuito de festivales musicales en México, más allá de algunos escenarios locales que persiguen otros propósitos fuera de lo eminentemente musical.

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