Lombricultura contra basura

729

El problema de la basura no es menor. México ocupa el quinto lugar en el ámbito mundial en su producción, con 20 millones de toneladas al año. Jalisco genera 2.3 millones de toneladas en ese mismo lapso, de las que hasta 64 por ciento van a parar a cuatro rellenos sanitarios de la zona metropolitana de Guadalajara: Matatlán (al que sólo le queda un año de vida), Picachos, Laureles y uno privado (Hazard).
El CUCBA realiza varias investigaciones en el Departamento de Ciencias Ambientales, entre éstas la relacionada con la lombricultura. Propone una composta de desechos orgánicos y lombrices, informó América Loza Llamas, jefa de ese departamento. “Es una técnica nueva, novedosa y de la que todos pueden participar, sobre todo porque promueve la conciencia ecológica”.
El primer paso es separar la basura en orgánica e inorgánica. Para esta composta de desechos con lombrices, únicamente se utilizan restos de alimentos, los que serán colocados en un balde o recipiente de plástico a temperatura ambiente. Si esta mezcla es colocada en el jardín, rápidamente será invadida por las lombrices, de lo contrario habrá que agregarlas.
Estos desechos recibirán agua cada tercer día y requieren ser mezclados constantemente, para uniformarlos. El producto estará listo 10 o 12 días después.
La especialista explica que las lombrices realizan dos funciones en la composta: aportan nutrientes por medio de sus desechos (hasta 70 por ciento de lo que comen) y actúan como filtro biológico al eliminar los metales que en ocasiones hay en los alimentos. “Lo que hacen es encapsular el metal en su intestino y luego desecharlo, pero en cantidades mínimas”.
Reconoce que aunque a muchas personas les da asco hacer esta mezcla, dicha técnica comienza a ser utilizada por algunas amas de casa, quienes incluso se organizan con otros vecinos para obtener una mayor calidad y cantidad del producto.
“Hacerlo resulta económico, fácil, es ecológico y no daña, pues contrario a lo que se piensa, la lombriz sólo busca alimentarse y no afecta al organismo del hombre, porque no es un parásito y lo que más se aprovecha es su excremento”.
Sorpréndase más, porque un kilogramo de lombrices puede producir el doble de su peso, y contener de 12 a 20 mil lombrices, según su tamaño.
La especialista recomienda conocer esta técnica y saber aprovecharla. Los interesados pueden acudir al CUCBA, donde recibirán asesoría.

Las tres R de la ecología
Por irónico que parezca, el consumismo lo provoca una aparente necesidad y porque crea la sensación de estatus, lo cual es costoso para el bolsillo y el medio ambiente. La botella de plástico que tiramos tarda de 100 a mil años para degradarse. Un trozo de chicle masticado, cinco, y una lata de refresco, hasta 10.
América Loza advierte sobre los peligros del cúmulo y mal manejo de desechos, por lo que invita a los ciudadanos a tomar conciencia y colaborar con las autoridades para implementar el programa de las tres R: reducir, reciclar y reusar.
La primera R, reducir el consumo de plástico, evitar su desperdicio, reusar algunos productos (bolsas, cartones) y reciclar lo que se pueda.
“No podemos dejarle todo al gobierno. Hay muchas acciones que se pueden hacer desde casa y que sólo requieren que nos acostumbremos a ello, para que sean parte de la vida cotidiana”.
Este programa de acciones incluye a las empresas, para que aprovechen mejor el agua y la electricidad, reciclen el papel y transmitan estos conocimientos a las nuevas generaciones.
Loza Llamas reitera que por el ritmo de vida actual, casi todo es envasado en plástico o lata, sin que les demos un segundo uso. Además, no poseemos la cultura de separar la basura, por lo que en algunos depósitos hay miles de botellas difíciles de reciclar.
Hace cinco años, el cinco por ciento era basura biodegradable. Actualmente el 50 por ciento. Destacan las botellas PET (politereftalato de etileno), que reemplazan a las botellas de vidrio.
Detrás de esos montones de basura sin uso adecuado, se esconden focos de infección, por la proliferación de plagas y fauna nociva: roedores, moscas y pulgas, las que ocasionan enfermedades respiratorias y gastrointestinales, entre otras.

Artículo anteriorLester Acosta
Artículo siguientePasajeros valientes