jueves, noviembre 27, 2025
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Las tatuadoras de CUAAD Artes

Sus inicios, los aprendizajes, los primeros contactos con los tatuajes, las dificultades y el machismo que encuentran en su trabajo; dos estudiantes de Artes Visuales cuentan anécdotas de sus trayectorias en este medio

Tatuaje de Carolina Torres. Foto: Cortesía

Inicié cuando tenía 17 años, ahorita tengo 19, entonces ya llevo dos años tatuando. La verdad es que yo inicié se podría decir que de contrabando. Siempre he pintado, he dibujado: cuando estaba chiquita, como desde los ¿qué te gusta? ¿cuatro o 5 años? empecé a pintar como hobby. Ya después a los 11 años me metí a clases de dibujo, ahí en el Cabañas y duré hasta los 16. Y ya a los 17 te digo que compré mi máquina y sí fue de super contrabando ¿no?, recuerdo que en ese entonces nos daban las becas de la prepa, entonces pues yo la ahorré y me compré que mi máquina y todas las cosas que se ocupan: cartuchos, vaselina, los consumibles, y pues empecé a practicar en pieles sintéticas y después a tatuar en mi casa.

  • Carolina Torres, estudiante de la licenciatura en Artes Visuales para la Expresión Plástica.
Tatuaje de Andrea Wilson. Foto: Cortesía

Inicié por presión social, no es cierto… inicié porque mi hermana me dijo que me aventara, la verdad. Fue en una época en la que no sabía qué hacer con mi vida, entonces no había entrado a la universidad, no había hecho nada, entonces dije: «Pues es esto o vivir de vagabunda». Y decidí tomarle la palabra a mi hermana y venirme a Guadalajara a empezar a tatuar. Tomé un curso pero la verdad mi hermana a mí me decía: «Es que tienes que hacer algo porque eres muy buena dibujando, haz algo respecto a eso». Y me decía: «Métete a artes plásticas, métete acá y métete allá».  Y yo así como de: —Ay no. Pero al final me decidí y me metí a un estudio de tatuajes, a aprender ahí a un curso y pues hasta la fecha.

  • Andrea Wilson, estudiante de la licenciatura en Artes Visuales para la Expresión Plástica.
Tatuaje de Carolina Torres. Foto: Cortesía

Tomé un curso de tatuajes con un tatuador llamado Omar Hunter, recuerdo que yo le dije a mi papá: «Ay pá, este, mira ese curso».  Y pues él me dijo: «Bueno, está bien». Nada más porque me veía que estaba muy emocionada, entonces pues la verdad es que sí me hizo paro y me ayudó a pagarlo.

  • Carolina Torres, actualmente cursa primer semestre y lleva dos años tatuando.
Tatuaje de Andrea Wilson. Foto: Cortesía

Nunca me vi de pequeña tatuando o dibujando, viviendo de ello. La verdad jamás, porque, no sé, o sea en mi familia nunca ha habido alguien que se dedique al arte, entonces como que no estaba familiarizada con ello y no sabía que se podía. A partir de que yo entré a la Prepa empecé a dibujar más y mi mamá se dió cuenta de eso y ella también empezó a dibujar, y de ahí me di cuenta que de ella lo saqué, o sea ella también sabe dibujar y dibuja muy bien la verdad. 

  • Andrea Wilson, originaria de Obregón, Sonora, lleva dos años tatuando.
Tatuaje de Carolina Torres. Foto: Cortesía

Entré de aprendiz. Haz de cuenta que Omar tiene, no sé, la creencia que todo mundo puede tatuar, que la disciplina vence al talento y la actitud vence todo, entonces me evaluó mucho de que estuviese, si me equivocaba, que estuviese abierta a aprender, no sé, que no estuviera toda nerviosa; osea que evaluó mucho mi conducta y pues yo esa vez tatué a mi mamá, fue un tatuaje a color, un girasol. La verdad yo considero que me quedó muy bonito, recuerdo que, pues es un tatuaje, bueno no tan pequeño, pero era relativamente simple, creo que duré ocho horas… neta llegamos a las doce y salimos a las ¿qué te gustan? ocho, ocho y media de ahí, eh… Recuerdo que ni comimos, estuvimos todo el día.

  • Carolina Torres, cuyo nombre artístico es Occhio.
Tatuaje de Andrea Wilson. Foto: Cortesía

Respecto al machismo en la industria, la verdad, no me ha tocado como que súper fuerte… Gracias a dios me tocó una maestra que me enseñó muy bien y me dijo que todos éramos capaces, y pues ella era tatuadora y ella también tiene su propio estudio, entonces para mí era como de que: «Yo quiero ser eso». Entonces ahora tengo un estudio y trabajo con puros hombres. Es muy complicado encontrar mujeres y las mujeres que tatúan casi siempre son muy independientes, o sea, no se quieren unir a un estudio de tatuaje, entonces es difícil y hasta a veces me siento rara, y me siento como extraña, porque digo: «estos de seguro me han de ver como ¿esta pendeja qué?» Jajaja, ay disculpame, pero ¿me entiendes? Aparte porque también soy la más pequeña, pero no sé, yo me siento rara, pero la verdad no me ha tocado algo de que me hagan menos o me hagan sentir como que mi trabajo vale menos nomás por ser mujer. Como que lo interioricé, ese machismo, entre comillas, como que yo sola digo: «Es que a muchos hombres les va muy bien en el tatuaje». Porque pues al principio así era, al principio el tatuaje solo era para hombres y para gente que se iba a las costas y al mar, o sea los marineros, pero intento no tenerlo en la cabeza, no pensar “los hombres son más que una”, pues no.

  • Andrea Wilson, cuyo nombre artístico es El macaco tattoo, en Instagram como @elmacaco_tattoo  
Tatuaje de Carolina Torres. Foto: Cortesía

Dentro del arte, en general, creo que nada más una sola vez un muchacho, un cliente ahí del estudio intentó… ¿cómo te diré? pues como tipo esta situación de mansplaining, que me estaba explicando algo que él no tenía tantos conocimientos y pues resultó un poco incómodo. Otra situación que se me ocurre también dentro del mundo del tatuaje es esos clientes que a veces quieren llegar a, pues, a ligar ¿no?, y que te están haciendo, no sé, ojitos, durante la sesión, y, no sé, también te invitan a veces indirectamente a salir, o, nunca me ha tocado como directamente, ah no, ‘pérame, una vez sí me tocó que ya estando allí, me invitaran a salir. Pues sí, los clientes que suelen ser como un poquito intensos en ese aspecto. Pero de ahí en más creo que no he tenido más situaciones de machismo dentro del mundo, pero sí estoy consciente que hay chicas a quienes les ha ido muy mal en ese aspecto del machismo y el tatuaje.

  • Carolina Torres, en Instagram como @occhio.tattoo 

Este contenido es resultado del Programa Corresponsal Gaceta UdeG que tiene como objetivo potenciar la cobertura de las actividades de la Red Universitaria, con la participación del alumnado de esta Casa de Estudio como principal promotor de La gaceta de la Universidad de Guadalajara.

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