Martes 15 de Abril de 2025

Martes 15 de Abril de 2025

La UdeG en voz de quienes la viven

El legado de la UdeG va más allá de la instrucción académica: es también un tejido social de identidad, crítica y pertenencia

La Universidad de Guadalajara (UdeG) celebra este año el centenario de su refundación. Aunque sus raíces se remontan al siglo XVIII, fue el 12 de octubre de 1925 cuando, tras varios años sin una universidad plenamente funcional en Jalisco, se reabrió formalmente bajo una nueva Ley Orgánica.

Hoy esa institución centenaria no solo es un referente educativo en México, sino también una comunidad viva, tejida por generaciones. Javier Gutiérrez y David Hinojosa —ambos ex alumnos que ahora imparten clases en el Centro Universitario de Tonalá— comparten su percepción de lo que ha sido ese siglo, lo que significa ser parte de esta historia y cuáles son los retos del mañana.

“De alumno a docente”: voces del presente con memoria del pasado

Javier Gutiérrez evoca la evolución de la Universidad con admiración: “No solo ha ampliado su matrícula con más campus, sino que ha innovado con centros autosustentables como CUTonalá”.

Para él, ser profesor en una institución con tantos años de historia “es un gran honor y una responsabilidad. Significa ser parte de una tradición educativa que valora la excelencia académica, la innovación y el compromiso social”.

David Hinojosa, quien es profesor desde hace una década, subraya el orgullo que esto representa: “No todos pueden ser docentes en la Universidad de Guadalajara. Yo tengo aquí ya casi 10 años, y siempre me he sentido muy orgulloso”.

Ambos vivieron la UdeG como estudiantes y ahora la viven ahora como formadores, llevando consigo una doble perspectiva: la de quienes recibieron conocimientos y la de quienes los imparten.

Lo que define este siglo

¿Cuál ha sido el mayor logro de la UdeG en estos 100 años? Según Gutiérrez “ha sido su capacidad para adaptarse a los cambios sociales y culturales, manteniendo su compromiso con la educación de calidad y la formación de profesionales altamente capacitados”.

Hinojosa enfatiza el vínculo emocional que muchos tienen con la universidad: “Muchos universitarios trabajamos por el cariño que nos dio. Este orgullo lo llevamos dentro”.

En cuanto al rol regional y nacional de la UdeG, Gutiérrez sostiene que “la UdeG es un centro de educación y cultura que ha contribuido al desarrollo social, cultural y económico de la región”.

E Hinojosa complementa: “La universidad siempre nos dio esa puerta abierta cuando queríamos que nuestras ideas se escucharan”.

Estos testimonios revelan que el legado de la UdeG va más allá de la instrucción académica: es también un tejido social de identidad, crítica y pertenencia.

Generaciones distintas, conexión permanente

Los entrevistados perciben un contraste claro entre la universidad de su juventud y la de hoy. Hinojosa lo expresa así: “Antes los maestros eran más rígidos; ahora somos más accesibles y eso es importante”. En este sentido, Gutiérrez advierte: “Hoy la relación profesor-estudiante es más colaborativa y centrada en el alumno… se fomenta la autonomía y responsabilidad”.

No obstante, reconocen que la enseñanza enfrenta nuevos retos:

  • Adaptarse a tecnologías emergentes
  • Estimular el pensamiento crítico y la creatividad
  • Afrontar la tolerancia a la frustración en estudiantes de pospandemia

Hinojosa señala: “Nos enfrentamos a una generación postpandemia … hay un problema con la tolerancia a la frustración, eso nos preocupa a todos los maestros universitarios”.

Mirada al futuro: ciencia, tecnología y legado

Ambos coinciden en que la universidad tiene bases sólidas para encarar los desafíos científicos y tecnológicos. Gutiérrez afirma: “La UdeG está bien posicionada para afrontar los retos científicos y tecnológicos del futuro, gracias a su compromiso con la investigación y la innovación”.

Hinojosa sueña con su imagen en los próximos cien años: “Me gustaría que cuando cumpla 200 años siga formando licenciados de éxito, críticos, que no se queden callados”.

Una garra, “porque somos leones”

Cuando se les pide definir la UdeG con una sola palabra, Gutiérrez no duda: “Excelencia.”

Para Hinojosa, la palabra es más instintiva: “Garra. Porque somos leones.”

Estas metáforas condensan no solo admiración, sino también el sentido de lucha, resistencia y compromiso que hay en quienes la habitan.

La Universidad de Guadalajara ha sabido transformarse sin perder su esencia. A través de las voces de Javier Gutiérrez y David Hinojosa vemos cómo ese legado se encarna en las trayectorias individuales: de ser estudiantes que recibieron enseñanzas a convertirse en docentes que las transmiten. Su relato enlaza pasado y futuro, memoria y esperanza.

Este centenario no es solo una fecha para recordar, sino un punto de partida: para continuar la misión educativa, para desafiar nuevos horizontes científicos y culturales, para seguir forjando identidad colectiva a través del pensamiento crítico, la innovación y la responsabilidad social.

Este contenido es resultado del Programa Corresponsal Gaceta UdeG que tiene como objetivo potenciar la cobertura de las actividades de la Red Universitaria, con la participación del alumnado de esta Casa de Estudio como principal promotor de La gaceta de la Universidad de Guadalajara.

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