La cooperación entre los países es una estrategia cada vez más recurrente para encontrar alternativas de solución a los grandes desafíos que enfrenta la humanidad, como el cambio climático, que amenaza la vida en el planeta, la pobreza que genera violencia, la desigualdad, la falta de justicia, la intolerancia y las formas de producción que agotan los recursos naturales y acaban con la cultura de los pueblos.
La necesidad de participación recíproca para encontrar respuestas satisfactorias a los problemas comunes, ha llevado a las naciones a promover reuniones de distinta índole y alcance, tal es el caso de la Cumbre Académica CELAC–UE, que celebró su segunda edición en el mes de junio del presente año, en el marco de la II Cumbre UE-CELAC [Unión Europea (UE) y Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)] y octava reunión birregional. En la Declaración Política de los Jefes de Estado y de Gobierno de esta reunión se dice a la letra:
La importancia de la paz y seguridad internacionales, la interdependencia de nuestras economías, el logro de la prosperidad para nuestros pueblos y la vulnerabilidad de nuestro planeta exigen que intensifiquemos nuestros esfuerzos para hacer frente a estos importantes desafíos mundiales, dentro del respeto de la Carta de las Naciones Unidas.
En ese contexto, se reconoce la importancia fundamental que tienen la educación, la investigación, la ciencia, la tecnología y la innovación y, en consecuencia, el papel preponderante que desempeñan las instituciones de educación superior. Así, el espíritu de cooperación entre los países se encarna también en la cooperación universitaria, en la medida que tienen la responsabilidad de formar a los jóvenes, generar conocimiento e innovación y abrir espacios para la proposición y debate de políticas públicas para el desarrollo de los pueblos.
Crear un espacio común con interrelaciones transatlánticas entre las Instituciones de Educación Superior (IES) y Centros de Investigación de la Unión Europea, América Latina y el Caribe es –en palabras de Rafael Rosell, Rector Universidad Central de Chile y Presidente del Comité de Honor de la Primera Cumbre Académica- “uno de los pilares de la relación estratégica de Europa con América Latina y el Caribe” (1). A pesar de la buena voluntad y el compromiso de las partes, la empresa no es sencilla y exige, como bien lo señalan las propuestas a los Jefes de Estado y de Gobierno de la Cumbre CELAC-UE 2015 en su resolutivo segundo,
Crear las condiciones normativas y financieras para desarrolar el espacio euro-latinoamericano y caribeño de educación superior, ciencia, tecnología e innovación, sobre la base del acceso y la equidad, que garanticen la democratización del conocimiento, el acceso a la información y la transferencia de tecnología.
Ello implica un intenso proceso de gestión desde los Jefes de Estado, los Gobiernos y los Ministerios correspondientes de cada país, en la generación de las mejores condiciones para sus instituciones, que posibiliten la concreción de acciones, propuestas y productos, encaminados a lograr el desarrollo de las naciones involucradas en los acuerdos, con equidad y justicia. Las IES por su parte, están obligadas a mejorar sus procesos formativos, a fomentar y apoyar las relaciones entre los académicos y financiar sus proyectos, a la vez que se constituyen en espacios propositivos de discusión de políticas públicas para lograr la sustentabilidad, frenar el cambio climático, combatir la pobreza, mejorar la salud de la población y favorecer el acceso a la información y a la tecnología.
En ese camino, las universidades y los centros de investigación tienen multiplicidad de tareas pendientes que deben asumir y resolver. Con frecuencia encontramos estructuras de organización anquilosadas, refractarias al cambio, donde la academia se ha burocratizado por las imposiciones administrativas que se privilegian sobre las funciones sustantivas, con fundamento y normativas obsoletas que solo obstaculizan la producción de conocimiento y la posibilidad de compartir y departir con profesores e investigadores de otras latitudes.
Los universitarios debemos ser capaces de reinventarnos, de hacer las cosas de una manera distinta, con la mirada puesta en el futuro, en la formación de nuestros estudiantes, la investigación y la extensión y preservación de la cultura, abiertos a la colaboración con instituciones y países, local e interregional. De no hacerlo así, seremos incapaces de responder a los retos del presente y a las exigencias del porvenir.
Si bien es cierto que las relaciones académicas inician entre dos o más investigadores que colaboran entre sí de manera libre y con base en intereses comunes, estas deben institucionalizarse y fortalecerse a través de convenios donde se establezcan compromisos de financiamiento de los proyectos y facilidades para la gestión y el intercambio. Será urgente resolver los aspectos normativos y de propiedad intelectual, para que los acuerdos de colaboración florezcan en un clima propicio y dinámico, en consonancia con la voluntad de crear el espacio común birregional.
La creatividad debe ser la premisa que nos lleve, como instituciones de educación superior, a generar nuevas formas de actuación y de operación, para que mostremos con el ejemplo como pueden proponerse y aplicarse políticas institucionales que promuevan la investigación para el desarrollo, el cuidado del medio ambiente y la preservación de los recursos naturales, el respeto a la multiculturalidad, la tolerancia, la equidad, la innovación y la cooperación.
Es necesario que ese espíritu de creatividad esté presente también en la formación de los estudiantes, porque será el que aliente el desarrollo de las competencias necesarias para el emprendimiento económico y social. Un joven creativo y competente, con cultura emprendedora y valores, entrenado para realizar proyectos de innovación, formado para ser un ciudadano comprometido, es el que se espera que egresemos las instituciones de educación superior si en verdad queremos transformar el estado de cosas que prevalece en nuestros países.
Por otra parte, el compartir las múltiples experiencias internacionales mediante la cooperación, individual o en redes, fortalecerá la transferencia del conocimiento y su producción, a la vez que inculcará en los estudiantes el valor de la tolerancia, el respeto y el amor por otras culturas, para modelar un futuro en común, con la expectativa de alcanzar la paz.
En el marco de la segunda Cumbre Académica (CELAC-UE) las aportaciones se enfocaron en temas de gran relevancia para el desarrollo global, de cara a los cambios económicos y sociales que se viven hoy en los distintos países del orbe. En la concreción del espacio común birregional, México, como participante de la misma, obtendrá sin duda grandes beneficios.
La Cumbre es una expresión de voluntades, un ejercicio de construcción de redes y de políticas públicas e institucionales, que implica el involucramiento de múltiples actores, de actitudes abiertas al escrutinio y la evaluación, que exigen la generación de mecanismos específicos para llevar adelante el deseo expreso de la democratización del conocimiento, el acceso a la información y la transferemcia de tecnología, exige la participación de la sociedad en general y del sector productivo en particular. La Universidad de Guadalajara, como una de las instituciones participantes de la II Cumbre Académica CELAC-UE: “Construyendo el espacio común de educación superior, ciencia, tecnología e innovación para la asociación estratégica birregional”, ha asumido el compromiso de compartir sus fortalezas con las instituciones de los países participantes y su disposición para desarrollar nuevas experiencias de generación de conocimiento y de formación, compromiso que se fortalece mediante el Instituto de Investigación en Políticas Públicas y Gobierno, que hoy celebra su aniversario. Felicidades al Dr. Luis F. Aguilar, director del Instituto y a todos los miembros de la Red de Políticas Públicas.
1 Leyva Lavalle Patricio (2013) Hacia un Espacio Eurolatinoamericano para la Educacion Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación. Chile: Universidad Central
* Texto leído en el marco del panel Declaración de Bruselas – II Cumbre Académica CELAC – UE: “Construyendo el espacio común de educación superior, ciencia y tecnología e innovación para la asociación estratégica birregional”, el 26 de agosto de 2015, en el marco del Primer aniversario de la Red de Políticas Públicas