José Armando Becerra, tecnología del CUTonalá en órbita

El joven estudiante ideó a partir del cemento un material que blinde la radiación en el espacio. Desde su centro universitario trabajan en proyecto que próximamente la NASA llevará al espacio

Por: Iván Serrano Jauregui

Cuando a José Armando Becerra Hernández se le encomendó la idea de generar un material que proteja a naves, ropa y comida de las radiaciones que circulan en el espacio, se le ocurrió que podía partir de uno de los materiales más efectivos: el cemento.

El problema es que no se puede llevar un bloque de concreto fuera de la tierra, porque además de pesado, no se puede manipular y sería caro; sin embargo, a él se le ocurrió una propuesta de innovación para lograrlo.

Este joven estudiante de Ingeniería en Nanotecnología del Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá), participó en el programa Internacional Aéreo y Espacial de la NASA, realizado en un campamento en Alabama en noviembre pasado.

Ahí, su idea de crear una nanotecnología a partir de los componentes del cemento para lograr un material manipulable que proteja de la radiación, ganó el tercer lugar de entre ocho equipos.

Con ello se pactó que seguiría trabajando en el desarrollo del proyecto con ayuda de investigadores del CUTonalá, para así desarrollarlo, llevarlo al espacio para experimentar si se logra su eficacia y, de ser exitoso, aplicarlo en los materiales que la NASA emplea para los viajes espaciales.

Por lo pronto, una vez completado, una placa del material será puesta en órbita en la estación espacial del Experimento de Materiales de la Estación Espacial Internacional (MISSE, por sus siglas en inglés), donde estará expuesto a radiaciones durante seis meses.

Luego volverá a la Tierra para ser evaluado y de ser exitoso el resultado, el CUTonalá lo podrá patentar y tener la posibildad de vender la idea a la NASA.

¿Cómo parte este proyecto nanotecnológico?

Se trata de crear un material con el que tras un proceso, podremos crear un recubrimiento para naves espaciales, trajes espaciales y envasados de alimento que absorba o disperse la radiación para que no se dañen las estructuras moleculares de las naves, de los alimentos e incluso que no haya daños genéticos o de salud de los astronautas. Este proyecto quedó en tercer lugar y esto abre la posibilidad de pactar que seguiremos en su desarrollo para llevarlo al espacio en el módulo MISSE. Mientras el proyecto que generemos contenga nanopartículas, por debajo de los 100 nanómetros, se puede considerar un material nanoestructurado.

Somos optimistas porque las primeras pruebas que hemos hecho hemos obtenido escalas nanométricas (de estructuras que conforman el cemento). Se busca evitar diferentes tipos de radiaciones, en el espacio lo que más daña son neutrones disparados a velocidad alta, el cemento es de los únicos materiales que pueden detener ese tipo de radiación. El concreto es muy pesado, un kilo mandado al espacio cuesta 200 mil pesos; no es viable. Pero me puse a imaginar sobre qué pasaría si deshacemos la estructura molecular del concreto. Entonces busqué artículos y vi que ya era un campo que era interés de estudio y tras investigar encontré que hay estructuras que podemos obtener y modificarlas para que sean más eficientes e incrustarlas en materiales que sean más ligeros.

¿Cómo lograste participar en el campamento de la NASA?

Esta convocatoria la abre AEXA, que consiste en cuestionamiento en las que tienes que proponer una idea de proyecto. Ellos te seleccionan con la finalidad de acercarte a las instalaciones de la NASA. Tuve suerte, porque el municipio de Tlaquepaque, al que pertenezco, me otorgó una beca. Allá, en Alabama, Estado Unidos, hice entrenamiento, simulando que serías un astronauta de la NASA.

Una de las actividades más emocionantes fue trabajar en el desarrollo de un proyecto que solucionará una problemática espacial.

¿Cuál es una de las experiencias más valiosas que te traes tras esta experiencia?

Otra de las cosas que me traigo fue convivir con un ingeniero de software de la NASA, quien ha trabajado en la Casa Blanca, en el área de ciberseguridad. Él nos platicaba de cómo la NASA aprecia las ideas y ve un valor en ellas. Él nos decía que hay gente que paga por las ideas. Nos transmitió que generemos buenas ideas pues no sabemos en el futuro qué valor puedan tener. Una de las cosas que más me impactó de la NASA es que había estudiantes de todas partes del mundo y otras universidades de México, y me di cuenta que tengo el mismo nivel del que estudia en otras partes. El talento en México es algo real. Sólo falta que las autoridades apoyen a los estudiantes y detonen la investigación y que México sea una potencia. A otros estudiantes, quítense las barreras mentales.

@udeg_oficial Armando Becerra ganó el tercer lugar en un concurso de la #NASA 🚀 y ahora trabaja para llevar su proyecto al espacio. 👨🏻‍🚀 #OrgulloUdeG #Interestelar ♬ Solas X Interstellar – Gabriel Albuquerqüe