
En el corazón del centro universitario se encuentra un lugar donde las personas pueden sentirse bienvenidas, acompañadas y en confianza, especialmente en momentos de dificultad emocional
El Centro Universitario de los Altos (CUAltos) cuenta hoy con un nuevo espacio pensado para el bienestar emocional y la convivencia: el Jardín PAS; “más que un jardín, un refugio al aire libre diseñado para ofrecer calma, alivio y presencia a quienes lo visitan”, como expresó María Isabel Rodríguez Sainz, una de las encargadas de este proyecto
El Jardín PAS es un lugar con cierta privacidad, delimitado por una estructura de herrería y ambientado con arena de río. Cuenta con bancas de madera, mesas pequeñas, sillas y áreas sombreadas que invitan a la contemplación y al descanso. Entre sus elementos destaca una casita de madera con un espacio elevado para sentarse, conversar o simplemente estar, así como una zona inferior con mesa y asientos. Hamacas colocadas estratégicamente permiten relajarse, dormir o pasar un momento agradable. El jardín se complementa con un pasillo amplio y sombreado que lo conecta con otras áreas del campus.
El nombre hace referencia al Programa de Acción en Salud (PAS) del Departamento de Ciencias de la Salud, el cual desarrolla diversas actividades y programas enfocados en la atención de la salud mental. De esta manera, el jardín se integra a una visión institucional que reconoce la importancia del cuidado emocional dentro de la comunidad universitaria.
La idea de crear este espacio surgió hace algunos años como escenario para prácticas de psicoterapia infantil y educación especial de la Licenciatura en Psicología. Ante la creciente necesidad de atención en salud mental y la limitación de espacios adecuados, se decidió reacondicionar el jardín y devolverle vida.
La planeación y habilitación del Jardín PAS fue impulsada por el jefe del Departamento de Ciencias de la Salud, Edgar Alfonso Rivera León, en conjunto con la responsable del Laboratorio de Psicología, Rodríguez Sainz al igual que con el apoyo de Daniela Peña Rodríguez. La propuesta fue presentada a la entonces Rectora, Karla Planter, quien autorizó el inicio de la restauración. Posteriormente, ya en la administración de Antonio Ponce, se dio continuidad al proceso de acondicionamiento y al suministro de materiales. En este esfuerzo participaron prestadores de servicio social de Psicología, voluntarios de la carrera de Medicina y personal del Centro Universitario.
El Jardín PAS está abierto a la comunidad universitaria en días y horarios hábiles, y ofrece múltiples posibilidades de uso. Los estudiantes pueden acudir a leer, hacer tareas, descansar, reflexionar, conversar o simplemente estar. Además, se realizan talleres enfocados en el afrontamiento del estrés cotidiano y académico, estrategias de relajación, arteterapia y acompañamiento psicológico individual o grupal.
Entre las actividades que ya se desarrollan destaca la biblioterapia, mediante la cual se facilitan libros para leer dentro del jardín o llevarlos a casa. El espacio también ha sido utilizado para convivencias, reuniones informales e incluso celebraciones, lo que refuerza su carácter flexible y comunitario.
A pesar de haberse inaugurado apenas dos semanas antes de concluir el ciclo escolar, el Jardín PAS ha tenido una excelente recepción por parte del alumnado. Día tras día, en distintos horarios, el espacio se mantiene concurrido, lo que confirma la necesidad de contar con lugares destinados no solo al estudio, sino también al descanso y al acompañamiento emocional.
Aunque el jardín ya cumple su función principal, se contemplan futuras mejoras, como la incorporación de una fuente, más hamacas, cojines, bancas adicionales, plantas, rincones tipo jardín zen y malla sombra. El mantenimiento del Jardín PAS está a cargo del Laboratorio de Psicología con el apoyo de la Unidad de Mantenimiento del Centro Universitario.
El Jardín PAS busca consolidarse como un refugio comunitario, un lugar donde las personas puedan sentirse bienvenidas, acompañadas y en confianza, especialmente en momentos de dificultad emocional.
Rodríguez Sainz concuye con una invitación: apropiarse del espacio, disfrutarlo, pedir apoyo cuando sea necesario y, al mismo tiempo, cuidarlo y nutrirlo. El jardín es un recordatorio permanente de que, incluso en medio de las exigencias académicas y laborales, todas y todos merecemos un lugar para pausar, sanar y volver a empezar.
Este contenido es resultado del Programa Corresponsal Gaceta UdeG que tiene como objetivo potenciar la cobertura de las actividades de la Red Universitaria, con la participación del alumnado de esta Casa de Estudio como principal promotor de La gaceta de la Universidad de Guadalajara.
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