Investigar y enseñar con un pie en el cuello

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Si a Max Planck y Alexander Fleming les hubieran exigido resultados de sus trabajos en un lapso corto de tiempo y cubrir muchos de los requisitos requeridos a los investigadores universitarios mexicanos no habría física moderna, ni penicilina, afirmó Miguel íngel Navarro Navarro, vicerrector de la Universidad de Guadalajara.
Una investigación puede requerir años. Si alguien quiere hacer proyectos profundos, la inmediatez y la urgencia de presentar productos lo impiden en muchos casos, señaló el funcionario universitario, quien participó en XII Encuentro Nacional y XI Internacional de Investigación Educativa, dentro de la mesa redonda “Miradas analíticas de la Educación Superior”, que tuvo como marco la XXII Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Las políticas estatales en torno a la investigación fomentan una gran simulación. La homologación aunada a un discurso que gira en torno a la calidad lo que han hecho es aprisionar a todos los profesores universitarios en un estado de inopia financiera
La inversión del gobierno en ciencia y tecnología es pequeña, ridícula. A eso hay que agregar los bajos salarios de los docentes. Hay algunos que imparten clases en las universidades y ganan 60 pesos por una hora. “Si yo llamo a un fontanero a para que haga reparaciones en mi casa durante ese tiempo cuesta por lo menos trecientos pesos”, dijo el también doctor en Educación por la Universidad de Nuevo México.

Persiguiendo a la zanahoria
Las políticas del Estado jalan a las universidades a reconvertirse en los esquemas planteados por el gobierno tienen como zanahoria el estímulo a la calidad. No hay aumento generalizado de los salarios. El académico debe cumplir con determinados requisitos para ser acreedor a un pequeño estímulo mensual. El apoyo financiero es muy selectivo y muy medido. No es para que los dedicados a la academia vivan desahogadamente si no cobran en dos o tres nóminas. “En ese sentido, tenemos un problema de opresión, de falta total de apoyo por parte del gobierno”.
El control de la plantilla académica y los programas de estímulo no dejan de ser parte de ese gancho para meter a las universidades públicas en un esquema de control de calidad, pero que acaba siendo una pequeña jaula y prescriben la práctica académica. El docente debe tener determinado número de tutorías, publicar determinado número de artículos al mes o al año, etcétera.
Finalmente, los docentes acaban trabajando para seguir cobrando ese estímulo y permanecer en nómina. Entonces los medios se convierten en fines y hay una gran perversión. Los investigadores tienen por fuerza que publicar, en consecuencia muchos suelen refreír un tema varias veces. Sólo le agregan unos cuantos detalles diferentes y le cambian el nombre.

Universidades bajo sospecha
La evaluación y la rendición de cuentas han puesto a las instituciones de educación superior, sobre todo a las públicas, como siempre, bajo sospecha. Tienen la obligación de ser claras y honestas en su trabajo. Cuentan con dinero público, pero también las instituciones como el Ejército y el aparato judicial a quienes no se les exige la misma transparencia, “como si fuéramos a pervertir o a hacer uso inadecuado de los recursos”.
El especialista lamentó que en México no se pueda a través de las políticas federales desarrollar las universidades del sur, del norte o del centro con su propia dinámica. “Hay un sistema centralizado, una definición de calidad y ésa es aplicada parejo. Todos participan con las mismas reglas, entonces hay definiciones pervertidas de justicia en donde se trata a todos por igual cuando en realidad son diferentes”.

El gran día
Miguel íngel Navarro Navarro indicó que es obligación del Estado otorgar los recursos que las universidades necesitan. “La es por más que quiera evadirla, de conformidad con el Artículo 3°. No es posible que invierta más en armas, en Ejército y cárceles y menos en las escuelas.
”Será un gran día aquel en que las escuelas tengan todo el dinero que necesitan y el Ejército tenga que hacer venta de pasteles para comprar un nuevo bombardero”, sentenció Miguel íngel Navarro Navarro
Las políticas nacionales apuestan a la muerte, a la represión cuando a largo plazo la solución a muchos problemas es invertir en la educación, dijo.
“Yo estoy convencido que para entender lo que es hoy la educación superior en México, su evolución en los últimos 40 años y definir hacia donde debe ir hay que comprender lo que sucedió en 1968”.
La diversificación educativa en México se da a partir de 1968. “Era claro que concentrar muchos estudiantes en instituciones tan grandes como la Universidad Nacional Autónoma de México o el Instituto Politécnico Nacional, gérmenes y productos de la inconformidad social, tuvo que tener una respuesta: transformar instituciones, diversificar la matrícula, reorientarla a educación técnica… había que desalentar la matricula universitaria, sobre todo en el área de las humanidades y estimularla a otras esferas, además de generar una nueva idea de necesidad de progreso”.
”Actualmente hay una gran diversificación de instituciones, programas y formas de aprendizaje, un considerable crecimiento de la educación privada, un correlativo debilitamiento de la pública, incremento de la demanda, nuevas formas de competencia en las instituciones de educación superior, una gestión institucional marcada por la cultura gerencial y propiciada por el desarrollo valuador del Estado”.
La vida académica es prescrita rígidamente en todos sus momentos. Además, hay una incorporación del lenguaje empresarial al educativo, sobre todo a partir de términos como calidad, competencia, eficiencia, productividad, eficacia… que finalmente sustituyen a esa universidad orientada a la sociedad por una que lo está al mercado.

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