Hacia una reforma laboral light

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Es casi un hecho: habrá reforma laboral, pero no será integral, sino light. A pesar de que no será una reforma estructural, los que perderán, como siempre, son los trabajadores, aseveró el especialista en materia de seguridad social, íngel Guillermo Ruiz Moreno, profesor investigador del centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
“Los que siempre han perdido y van a tener que pagar la factura, son los trabajadores. El Estado se quitará una papa caliente. ¿Quiénes van a ganar?: los patrones, porque ellos harán contrataciones y negociaciones con ciertos horarios para los trabajadores, con nuevas condiciones de trabajo, que serán lesivas para éstos”, dijo Ruiz Moreno, quien también es miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Este 1 de febrero inició el periodo de sesiones en la Cámara baja, en donde parte de la agenda legislativa será discutida y en su caso, aprobada.
Dirigentes de centrales obreras han manifestado que la reforma laboral debe salir de las organizaciones sindicales y no de la representación patronal. El secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas, Martín Esparza Flores, dijo en una entrevista colectiva que el movimiento obrero organizado no aceptará que le “mutilen” derechos laborales con el argumento de elevar la competitividad y productividad de las empresas.
Por separado, Javier Lozano, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), aseguró hace unos días que no habrá “madruguete” ni albazo en la reforma laboral, ya que el gobierno federal no pretende una reforma que pase por encima de los derechos fundamentales, individuales o colectivos de los trabajadores, y afirmó que la intención del gobierno no es modificar el artículo 123 constitucional.
Las declaraciones de Lozano remiten a que la reforma será light o de maquillaje: “darán prioridad a lo político, más que a lo jurídico. Lo jurídico y lo social quedarán en segundo término. Primero está lo político y lo económico. Por lo tanto, si el secretario del trabajo dice que no tocarán el 123, manda un mensaje de que la reforma no será estructural, como se requiere. Reformar la Ley Federal del Trabajo (LFT) es una exigencia social y económica”.
Dijo que está a favor de una auténtica reforma laboral y para ello habría que modificar el artículo constitucional 123, que ya quedó rebasado. “Hay que tener valor y arriesgarse para regular figuras como el outsourcing (agencias de subcontratación de personal)”.
“Quiero ser optimista y esperar, para ver cómo se cierran las negociaciones, aunque sé por dónde irá esta aparente reforma… sé que los trabajadores están muy enojados, molestos y no creo que vayan a permitir una reforma a la LFT que violente sus derechos”.

Cuando habla de trabajadores, ¿se refiere a las bases o a las centrales obreras?
Hablo del trabajador común y corriente, de centrales obreras, de todo tipo de organizaciones sindicales y de organismos no gubernamentales, que están a la espera del punto para brincar. Porque el sindicato está atomizado. En América latina (se aplica a México), de cada 100 trabajadores, 19.5 por ciento están sindicalizados. Por lo tanto, el sindicato ya no pinta tanto, pero cuando la gente se molesta y enoja, sale a protestar, a ganar la calle y pienso que éste será el caso.

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