Martes 15 de Abril de 2025

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Grounding: conectar con la naturaleza

Caminar descalzos para entrar en contacto con la Tierra puede ayudar a reducir o prevenir la inflamación, el dolor de las articulaciones y a regular los estados relacionados con la presión arterial

Intervenciones con la naturaleza, como el grounding, tienen un poder curativo y terapéutico, de acuerdo con María Guadalupe Garibay Chávez, profesora investigadora del Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA).

Garibay Chávez explica que actividades como el grounding y los baños y terapias de bosque buscan que las personas, a través de experiencias sensoriales con la naturaleza, generen condiciones que contribuyan a su salud mental, física y social.

El grounding, también conocido como earthing, se refiere al contacto directo de la piel con alguna superficie de la tierra. Popularmente se conoce por el contacto de los pies descalzos con superficies como el pasto o la arena, pero también se puede realizar a través de las manos.

De acuerdo con la investigadora, la piel es el órgano más sensitivo que tiene el cuerpo humano; además, es el órgano que puede interaccionar con el entorno de manera positiva. Comparte que, en su experiencia, el contacto con la piel es una de las actividades que las personas perciben con un efecto placentero, argumentando que genera una sensación de bienestar.   

Esta práctica puede provocar distintos beneficios en las personas. La investigadora señala que el grounding ayuda a reducir o prevenir la inflamación, el dolor de las articulaciones y a regular los estados relacionados con la presión arterial. En cuanto a la salud mental, tiene un gran potencial para reducir el estrés, la ansiedad y la depresión.

Para la doctora Garibay es importante implementar este tipo de acciones en la rutina académica, ya que, dice, “somos una comunidad estresada”. Realizar estas actividades resultaría beneficioso para el bienestar del personal académico y de las y los estudiantes.

A pesar de que no existe una rutina establecida para realizar grounding en términos de tiempo, se aconseja hacerlo regularmente de 10 a 30 minutos por día. Garibay Chávez indica que es importante tener en cuenta la condición de la superficie y no realizarlo en espacios que representen una situación de riesgo.

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