Martes 15 de Abril de 2025

Martes 15 de Abril de 2025

Entre libros, conocimiento y comunidad

Para la encargada de la biblioteca del CUCSH estos espacios tienen que ser vivos, lugares que promuevan el saber y la creatividad, donde cada libro represente una posibilidad de encuentro 

Entre pasillos llenos de libros, estanterías recién ordenadas y el silencio propio de un lugar donde habita el conocimiento, Geisel Merino Zúñiga trabaja cada día con entusiasmo en la reactivación de los servicios bibliotecarios del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH). Su labor no solo consiste en poner en marcha una biblioteca, sino en devolverle vida a un espacio que considera fundamental para la comunidad universitaria.

Aunque esta nueva etapa apenas comenzó hace un par de meses, su relación con las bibliotecas tiene una historia mucho más larga. “Empecé hace casi 26 años en la Biblioteca Iberoamericana, antes de incorporarme al área de Estudios literarios”, cuenta. Geisel estudió la licenciatura en biblioteconomía y, desde entonces, se ha dedicado a formar, capacitar y conocer distintos espacios de la Red universitaria. Además, acaba de concluir una maestría en Estudios en literacidad, con una investigación centrada en el papel de las bibliotecas.

Su acercamiento a este mundo, dice, fue casi casual. Sin embargo, pronto descubrió que entre libros y lectores había encontrado su vocación. “Se me hizo fascinante. Me gusta guardar el conocimiento, ponerlo disponible e invitar a las personas a que lean”, explica con una mezcla de emoción y convicción. Para ella, cada libro representa una oportunidad de encuentro con las ideas de miles de autores, y su trabajo consiste precisamente en facilitar ese encuentro.

Hoy, su principal reto es poner en marcha la biblioteca del CUCSH para que la comunidad pueda disfrutarla plenamente. Junto con su equipo de trabajo, Geisel revisa uno por uno los más de 40 mil volúmenes con los que cuenta el acervo, asegurándose de que cada ejemplar esté en orden y listo para su consulta. “Queremos poner la biblioteca al cien por ciento”, afirma. “Es un trabajo que requiere tiempo, pero que hacemos con mucha emoción porque sabemos lo importante que será para todos”.

Más allá del orden físico, Geisel piensa en la biblioteca como un espacio vivo. Planea impulsar actividades que acerquen a los estudiantes a la lectura: sesiones de lectura crítica, clubes de lectura y encuentros que promuevan el pensamiento y la creatividad. “Lo más bonito de este trabajo es ver cómo los libros impactan a las personas y cómo de ahí puede surgir nuevo conocimiento”, dice.

El avance tecnológico ha cambiado mucho la labor bibliotecaria, pero Geisel lo ve como una oportunidad más que un obstáculo. “Gracias a la automatización podemos dedicar menos tiempo a tareas rutinarias y más a la comunidad”, comenta. Aun así, insiste en que la parte humana sigue siendo esencial. “Podemos tener catálogos y recursos digitales, pero sigue siendo muy necesario el contacto con los usuarios, saber qué buscan y acompañarlos”.

Lo que más disfruta de su trabajo, asegura, son las personas. “Me hace muy feliz cuando alguien encuentra lo que necesita y le es de utilidad. Si además genera algo más con ese conocimiento, eso ya es un gran logro”, afirma. Incluso en los pequeños detalles, como ordenar una estantería o limpiar un espacio, piensa en el bienestar de quienes acudirán a estudiar o leer: “Que vean esto bonito, limpio, ordenado. Que encuentren un lugar adecuado para leer y reflexionar un ratito”.

Antes de despedirse, Geisel deja un mensaje para las nuevas generaciones: “Que vengan, que aprovechen la biblioteca. A veces los libros son costosos, pero aquí tenemos miles, y todo esto es para ustedes y para la comunidad”.

Este contenido es resultado del Programa Corresponsal Gaceta UdeG que tiene como objetivo potenciar la cobertura de las actividades de la Red Universitaria, con la participación del alumnado de esta Casa de Estudio como principal promotor de La gaceta de la Universidad de Guadalajara.

MÁS NOTAS

Post Views: 89