La aplicación de pruebas rápidas en ocho centros universitarios metropolitanos de la Universidad de Guadalajara (UdeG) ayudaron a detectar nuevos casos de infecciones de transmisión sexual (ITS) entre el estudiantado, además de identificar la necesidad de reforzar estrategias de prevención y educación ante los tabúes que persisten en torno a la salud sexual entre esta población.
Durante el último semestre las pruebas aplicadas en las Jornadas Itinerantes de Salud Sexual detectaron tres nuevos casos positivos a virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y tres casos de sífilis dentro de la comunidad universitaria, informó Ana Victoria Morales Barajas, responsable del Área de Diversidades de la Defensoría de los Derechos Universitarios (DDU) de esta Casa de Estudio.
Los hallazgos confirman que, a pesar del acceso a la información que las y los jóvenes obtienen mediante las redes sociales y plataformas digitales, no hay suficiente educación para prevenir infecciones de transmisión sexual.
Morales Barajas detalló que realizaron mil 500 pruebas rápidas a 522 personas, de las cuales 244 fueron hombres, 274 mujeres, además de tres personas trans y tres no binarias, en un esfuerzo conjunto con el colectivo Diverso UDG, HF México, y la Dirección de Juventudes y la Secretaría de Salud –estas últimas, dependencias del gobierno del estado–. Tras los resultados, dichos estudiantes que resultaron positivos a las pruebas ingresaron de inmediato al protocolo de atención para asegurar que reciban un tratamiento médico.
“Estos nuevos tres casos de VIH ya están en toma de antirretrovirales, acompañados por las organizaciones correspondientes, y las personas con sífilis ya están con tratamiento de antibióticos. Esta jornada ayudó a abrir el panorama y a detectar a nuestros estudiantes antes; si bien es una cuestión que el gobierno tiene que atender, nosotros también podemos traer este tipo de servicios para acompañarles”, consideró.
Además de las pruebas, durante las jornadas fueron entregados 204 preservativos internos y tres mil 786 externos, además de difundir materiales educativos para que las y los jóvenes sepan usar dichos métodos anticonceptivos y prevenir cualquier enfermedad.
Morales Barajas señaló que encontrar estos nuevos casos positivos es un indicador de alerta, no sólo por la salud individual de las y los afectados, sino por el efecto multiplicador de contagio ya que, además, encontraron que prevalece la falta de información en gran medida por los tabúes religiosos y sociales.
“Algunos ya tenían el acceso a los preservativos, pero también está este estigma religioso de decir ‘No lo usé porque el coito es para tener familia, para la reproducción y no para el disfrute ni el goce’. Incluso, nos hacían preguntas de si se podían usar el condón interno y externo a la vez. Nos pasó, en un centro universitario, que hasta les daba miedo agarrar un preservativo, o que les daba vergüenza”, indicó.
Ante esta falta de educación sexual, la dependencia planea ampliar en 2026 dichas jornadas itinerantes de manera que ofrezcan información educativa y de prevención sexual, reproductiva y no reproductiva mediante talleres, charlas, conferencias y actividades lúdicas para que conozcan las opciones que tienen, sepan cómo usarlas y evitar más contagios.
Morales Barajas añadió que también buscarán llegar al estudiantado de bachillerato, que es una población muy vulnerable, pero que al ser aún menores de edad requieren del permiso de sus padres, madres o tutores para otorgar este tipo de servicios.
La especialista enfatizó la necesidad de que el alumnado se anime a realizarse pruebas con el fin de conocer su estado salud y que sepan que un diagnóstico de VIH no significa que vayan a morir, puesto que existen tratamientos para controlar la enfermedad y asegurar su calidad de vida; incluso, al iniciar el tratamiento lo antes posible, en determinado tiempo el virus puede ser indetectable y por lo tanto intransmisible.








