Martes 15 de Abril de 2025

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La vida misma

De la poesía a las vicisitudes: Carmen Villoro

Carmen Villoro nació en la Ciudad de México en 1958, pero lleva muchos años radicando en Guadalajara. Es Directora de la Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz (donde nos recibió para esta entrevista) y ha publicado ensayo, cuento, literatura infantil y numerosos libros de poesía, entre otros, Jugo de naranja, Obra negra y Liquidámbar. En fechas recientes le publicaron un libro-miscelánea, No estás tú para saberlo (Typotaller Ediciones, 2025), que al mismo tiempo contiene miniensayos, crónicas, cuentos, relatos, todo de talante autobiográfico… Obra con la que Villoro dio el paso de la poesía a las vicisitudes.

Oficio

La escritura me ha acompañado siempre porque tuve la fortuna de nacer y crecer en una familia de lectores y escritores. Para mí, el ejercicio de la escritura era algo muy natural. Gracias a que desde muy pequeña participé en cursos de teatro de títeres y de diferentes ámbitos del arte, me fui interesando mucho en el lenguaje. Desde pequeña escribía ya algunos textos. Recuerdo que en la primaria gané un premio por un eclipse que hubo, del que escribí un texto. Concursaron las primarias de la zona, de la ciudad, y les gustó mi texto. Ya en la prepa empecé a ir al taller que Juan Bañuelos tenía en la UNAM; Carlos Ramírez Powell y yo nos íbamos en su moto, en su Kawasaki. Desde entonces empecé con la poesía. También estuve desde muy jovencita en un taller de teatro donde escribíamos nuestras propias obras. Luego, con el tiempo, se convirtió en un oficio, en una profesión.

Selección

Estos textos los publicaba yo de manera suelta en el Siglo XXI, en Público, en alguna revista y se fueron juntando (el más viejo tiene unos 25 años, aunque quité muchos que ya me resultaban anticuados; otros son muy cercanos, el último que escribí quizá fue hace un año), y me di cuenta que eran un buen número y que me seguían pasando y se conformó este librito. Fue un acto de atrevimiento el sacarlo, porque me sentía que invadía un género que no me correspondía; pero hoy los géneros ya no importan tanto, se cruzan, dialogan unos con otros, y las editoras apostaron por este libro y No estás tú para saberlo ha tenido muy buena recepción.

Poesía

Yo leía en mi casa a los poetas españoles como Antonio Machado, como Miguel Hernández, a Rafael Alberti, y era la época en que Joan Manuel Serrat sacó sus discos con la poesía española, y también Paco Ibáñez. Yo tenía mis elepés, y ahí leía las letras y yo creo que fue a partir de escuchar la poesía musicalizada que me conquistó para siempre. Tengo las Obras completas de Federico García Lorca, el libro es una edición de Aguilar, con piel y papel arroz, divina; está toda su obra, sus dibujos, sus poemas, sus obras de teatro… Y para mí es la Biblia. Ese libro era de mi mamá, pero yo me lo robé y está en mi librero. Es una figura muy importante para mí.

Rosario

Luego, en la infancia yo conocí a Rosario Castellanos, porque era amiga de mis papás. Íbamos a su casa en Cuernavaca y a mí ella me llamaba la atención como mujer, pero cuando supe que era una poeta, entonces me metí a leer su obra y esa lectura fue esencial. De hecho, algo de mi poesía tiene influencia de Rosario Castellanos, sobre todo en este tenor autobiográfico, de su autorretrato, de sus cosas cotidianas, domésticas. Esa veta de la poesía de Rosario me marcó profundísimamente.

El interminable libro

Estoy escribiendo poesía. Como que siempre estoy escribiendo un libro de poesía, el interminable libro de poesía, a la par de otros textos. Además, no me puedo morir hasta que no escriba mi novela, es una novela que me está esperando. Es un reto extraordinario, pero en este espíritu de explorar, de jugar, de cambiar, sí quiero hacer la novela. Quizá en un par de años más, no lo sé.

Publicación

No estás tú para saberlo son una serie de textos (algunos son crónicas, ensayos, otros se acercan al cuento, hay textos que se contaminan de la poesía, son como prosas poéticas) que he ido escribiendo a lo largo del tiempo, porque hay una parte de mí que es más lúdica y que no he expresado en la poesía, porque ésta tiende a ser un poco más grave. En estos textos me río de mí misma, me pongo en posición de antihéroe de todas las cosas ridículas, absurdas que nos pasan, que me han pasado a mí pero que mucha gente me dice ‘a mí también se me pierden los calcetines’, ‘yo también prefiero no ir al baño en los camiones’, ‘no entiendo los instructivos de los electrodomésticos’, ‘los meseros son una barbaridad’.

Literatura

Todo el libro es totalmente autobiográfico. Me gusta mucho que la literatura se desprenda de la vida simple, de la que vivimos de todos los días (para escribir hay que vivir); que surja de ahí la literatura me parece fantástico.

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