“Cuerpos que cuentan” en FICG 40

La directora Alejandra Márquez Abella y el actor Gerardo Trejoluna reflexionaron sobre sus respectivos papeles en la creación cinematográfica

Con anécdotas acerca de la importancia de la dirección y el papel del actor en los filmes,  Alejandra Márquez Abella y Gerardo Trejoluna conversaron con el público y contaron historias sobre cómo fue trabajar juntos en proyectos como El norte sobre el vacío, de 2022.

La directora y guionista (5 recuerdos, 2009; Las niñas bien, 2018) y el actor mexicano (El sueño de Lú, 2014; Corina, 2022) participaron en el panel “Cuerpos que cuentan: actuar, mirar y dirigir”, dentro del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG 40). 

Comenzar siempre es un reto

Trejoluna contó cómo se lanzó a la pantalla grande, luego de incursionar muchos años en el teatro: “Yo hacía puro teatro, pero tomé las riendas de mi carrera y comencé a buscar a directores para trabajar en conjunto. Para mí fue un proceso de adaptación total, tuve que separarme conceptualmente en tres personas: el ser humano, el intérprete y el creador. Hay que conocer a cada uno de ellos y darle el espacio para desarrollarse”.

Por su parte, Márquez Abella dijo que “cuando salí de la escuela de cine, estaba aterrorizada de los actores, nunca me enseñaron cómo dirigirlos del todo. El comenzar a hacerlo fue un proceso para reaprender, tomando siempre la complicidad con ellos como un detonante importante. En el casting, por ejemplo, yo quiero tener una conexión genuina con quien voy a preparar una escena.

“A mí no me gustan los ensayos, prefiero cultivar una relación intelectual, tener una buena charla con los actores, formar un vínculo valioso”, agregó. “Ese es el papel de la directora, nutrir al actor, darle herramientas para enfrentar a la cámara. También sirve, por ejemplo, leer el guion muchas veces juntos, con familiaridad, así redescubres simbologías y códigos que antes no podías haber percibido”.

Valorar la vulnerabilidad

“Los actores no tenemos una sola manera de actuar –acotó Trejoluna–. Nadie nos enseña a ser buenos actores, porque cada proyecto tiene sus propios cuestionamientos a resolver. Hay que dejar el ego a un lado. A mí lo que me ha funcionado mucho es el poder relacionarme, ser transparente y vulnerable ante la cámara y ante los demás. Ese es un trabajo en conjunto, de directores y actores, desde ahí se trabaja para dejar algo en el espectador. El cine no es una realidad, hay que tenerlo claro, es un artificio que debe deslumbrar”.

“Las películas son nuestro propio universo y todas las decisiones que la directora toma tienen que resolver las incógnitas que se plantean desde el inicio de la ficción –dijo, a su vez, Márquez Abella–. Es difícil tomar esas decisiones desde la individualidad, por eso hay que escuchar a la película y al equipo, apoyar a los actores y fortalecer el alma del filme”.

Consejos para las futuras creaciones

“Los nuevos actores deben confiar en su criterio propio, y tener decisiones con propósito. Conocerte a ti mismo, saber quién eres y para qué quieres quedarte con aquel papel para el que aplicas. Hay que ser auténtico, no hablar desde la herida, no intentar gustarle a los demás”, declaró Trejoluna.

Para Márquez Abella lo diferente y lo raro siempre será valorado en una producción y en un casting, reafirmando el punto de la autenticidad como un valor necesario al momento de crear, ya sea desde la dirección o la actuación.

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