
Cineastas ganadores de los premios Ariel compartieron el proceso creativo que los llevó a obtener ese galardón en un panel realizado dentro del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG40).
Juan José Medina, quien ganó con el cortometraje Tío, compartió que más allá de los premios y el reconocimiento, lo más importante es conectar con ellos mismos y sus historias.
“No estar buscando la tendencia de la animación en el mundo, sino ver qué se está haciendo y tratar de modelar nuestras ideas e historias a partir de eso. Debemos trabajar desde la honestidad de las historias que nos causan conflicto interior, esas son las que seguramente van a conectar con el público, porque siempre hay alguien más que está pasando por lo mismo”, apuntó.
Rita Basulto, realizadora de Humo y quien se ha desempeñado en varias facetas en la producción de cine, expresó que cada proyecto en el que participa, ya sea en obras de títeres u otras áreas, enriquecen sus cortometrajes.
“No me puedo quedar en una sola línea, me encanta colaborar, he participado en muchos de los cortos que se han hecho en Jalisco, pintando monos, haciendo elección de arte, foto”, comentó.
En cuanto a su proceso creativo, dijo que le gusta armar una especie de rompecabezas, empieza a dibujar, a dialogar con colegas, a armar el corto y, a veces, viene todo de una imagen que se le quedó grabada. “Es un cúmulo de ideas a las que le vas poniendo un cierto orden y vas armando”, expresó Basulto.
León Fernández, ganador de un Ariel con Los aeronautas, relató que en cuanto a sus procesos de realización es muy poco disciplinado y trabaja de una manera libre.
Dijo que el proceso de obtener un premio no surge de que un día te levantes y digas “hoy voy a escribir un corto para ganar el Ariel”. Más bien, “nace la inquietud, como artista, de que quieres transmitir algo y tienes esa necesidad de expresarlo de alguna manera, y no estás pensando ‘con esto voy a ganar un premio’; surge por una necesidad de expresión”, subrayó.
Sofia Carrillo, ganadora con el cortometraje Cerulia, destacó que la mayoría de sus trabajos de animación siempre han estado vinculados con la niñez y la infancia.
“En el caso de Cerulia las bases de la historia, los personajes, el cómo se visten, tiene que ver con la infancia, es el entendimiento de lo que es la vida con todas sus aristas”, relató.
Samuel Kishi, director de Somos Mari Pepa, declaró que en su proceso creativo escribir es reescribir; hay una base de guion, pero el lenguaje cinematográfico no se sostiene meramente en el papel.
“Una parte importante de la reescritura es que me gusta hacer storyboard, me gusta mucho el proceso y metodología de trabajo, el backline. Con Mari Pepa fue más un ejercicio de querer hacer las cosas, jamás pensamos en los premios, la terminamos y la metimos a festivales para conocer la metodología de esos procesos, para aprender y generar oficio”.