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En ocasiones, un momento triste y melancólico puede estar envuelto de una calma inexplicable. El ambiente, el clima, los paisajes urbanos, la rutina diaria o incluso un álbum musical pueden provocar una sensación de serenidad introspectiva.

Tether, álbum debut de Annahstasia, se cimenta en el anhelo que emana su voz grave y directa. Su propuesta no busca complicaciones, es folk en su más pura expresión.

Su debut está siendo considerado uno de los mejores comienzos en una carrera musical. Si bien sus letras y melodías podrían parecer empalagosas la primera vez que se escuchan, pronto revelan una composición hasta poética. No hay rigidez al tocar la guitarra; su interpretación es demasiado sutil, casi intuitiva, como si existiera una conexión natural entre ella y su instrumento. A partir de esa intimidad, nace la fuerza con la que el álbum crea su propia atmósfera.

Su música no se reduce a canciones románticas o relatos personales. “Sick and velvet” es un ejemplo de declaración política sobre el estado actual del mundo. Anna cree firmemente en que cada ser humano debe actuar como una semilla para las generaciones venideras. No sorprende, entonces, que Nina Simone sea una de su principales referentes.

Su proceso creativo es un tanto inusual; este álbum le tomó cerca de 6 años y no nació precisamente del encierro en un estudio, sino de sus vivencias diarias, como memorias, historias y constantes recolecciones emocionales a través del tiempo. En distintas entrevistas ha descrito su obra como el resultado de una dualidad que al mismo tiempo de salvarnos, nos hunde.

La vulnerabilidad presente en este trabajo es conmovedora. Es una obra honesta, sumamente cuidada y profundamente humana.

Más allá de la música, Annahstasia es una artista integral que también se dedica a la escultura y al modelaje. Tal vez su rostro ya te resulte familiar, pues ha aparecido en un videoclip famoso sin que lo supiéramos. Anna mantiene una relación cercana con Kendrick Lamar (ambos oriundos de Los Ángeles) quien la invitó a participar en el video musical de “Luther” como protagonista.

En conclusión, su sonido es cálido y sencillo, recuerda a figuras esenciales del folk como Joni Mitchell, José González o Alexi Murdoch. No necesita una gran producción o un despliegue técnico monumental tras de ella. Le basta su voz y guitarra. Nada más.