Martes 15 de Abril de 2025

Martes 15 de Abril de 2025

Entre la cancha y las ciencias sociales

Dos jóvenes futbolistas, estudiantes de la UdeG, con su ejemplo confirman que los sueños se alcanzan con esfuerzo y corazón, desde jugar en su ciudad hasta el escenario internacional que les espera en Madrid

El 28 de septiembre, Valeria Morones  y Jacqueline Barreto vivieron un día que parecía suspendido entre sueño y realidad: jugar la final de la Copa Jalisco nada más y nada menos que en la casa de los rojinegros. Con la camiseta de Arandas, el municipio que las vio nacer, alzaron el trofeo de campeonas. Estudiantes de la Universidad de Guadalajara, han aprendido a moverse entre dos campos distintos: el de las ciencias sociales y el del futbol, sin dejar de brillar en ninguno.

Para Valeria, la Psicología se convirtió en el hilo que la llevó a seguir su formación profesional. Antes, la fisioterapia le había hecho un guiño, pero la vida la condujo al Centro Universitario de la Ciénega (CUCiénega), en Atotonilco, Jalisco, apenas a unos pasos de donde creció. Hoy cursa el segundo semestre persiguiendo sus sueños, mientras en la otra cancha, la del fútbol, sigue siendo la misma niña que con cinco años comenzó a patear el balón, siempre acompañada del apoyo incondicional de su familia.

A los nueve años enfrentó su primera gran prueba: una lesión que la obligó a alejarse de la cancha durante un año y medio, pero que no quebró su determinación. Conforme creció, su compromiso con el fútbol se fortaleció. Entre los 14 y 16 años participó en la sub-15 del Club León, viajando diariamente desde Arandas a esa ciudad de Guanajuato para entrenar y competir, financiando la experiencia casi por completo con el apoyo de su familia. Más tarde, tras la pandemia, conoció a Jacqueline y juntas comenzaron a consolidar un equipo que las llevaría a la Copa Jalisco.

En la cancha, Valeria demuestra que la pasión y la constancia pueden llevarnos hasta lo más alto. Foto: Cortesía de Valeria Morones

La historia de Jacqueline sigue un camino parecido. Es la menor de tres hermanos y la única mujer, y desde pequeña se enamoró del fútbol, un amor que su papá fue el encargado de inculcarle. En su familia, ella es la única que practica este deporte activamente, mientras que sus hermanos mayores solo disfrutan del futbol como espectadores. Su amor por las Chivas ha sido constante, aunque eso implique bromear con quienes apoyan a equipos rivales, como Valeria, con su camiseta del América.

A los trece años surgió la oportunidad de mudarse a Guadalajara con miras profesionales, pero las circunstancias no se lo permitieron. Aun así, nunca dejó que eso apagara su pasión por el balompié. Desde entonces, Jacqueline ha participado en la liga infantil con el equipo Linces y posteriormente en la liga femenil en Arandas y Tepatitlán, jugando en torneos locales y regionales.

«Mejor inscríbanse al ballet”, escuchaban entre los niños de la cancha. Aún así, las estudiantes aseguran que nunca encontraron un obstáculo real más allá de esos comentarios. En un México que empezaba a cuestionar viejas ideas sobre el machismo, su familia y entrenadores se convirtieron en sus primeros aliados, quienes las animaron a seguir formando su camino en el futbol.

 

Cada entrenamiento, cada partido, cada gol: Jaqueline vive el fútbol con el corazón y la mente concentrados en la victoria. Foto: Cortesía de Jacqueline Barreto

En la cancha también han sabido mirar hacia arriba, buscando espejos en jugadoras que hoy son referentes del fútbol mexicano. Jaqueline, estudiante de la carrera de Derecho, todavía sonríe al recordar cuando en Arandas compartió el balón con Alicia Cervantes, “una jugadora que me marcó mucho”, dice, como quien habla de un recuerdo imborrable. Valeria, en cambio, fija su mirada en Rebeca Bernal, que pasó por Monterrey y hoy juega en Estados Unidos: “Ahorita es mi top”, admite, convencida de que su disciplina y estilo son la mejor inspiración para seguir creciendo.

En lo académico, ninguna de las chicas detuvo sus estudios. Al contrario, las ganas de aprender y de ver el mundo de otra manera parecieron apoderarse de ellas. A Valeria la atrapó el universo de la salud mental. Aprendió que no basta con estar “al cien” en lo físico; así como una lesión puede frenar el paso en la cancha, también hay que cuidar del alma y del corazón.

A Jacqueline, la abogacía le enseñó a pensar con claridad, a calcular cada movimiento, tanto en la cancha como en la vida. Para luchar por un campeonato o por hacer valer una ley, hace falta una mente fría, capaz de detener no solo estereotipos, sino también injusticias. Y eso es justamente lo que la apasiona.

La Universidad de Guadalajara se convirtió en mucho más que un lugar para estudiar. Fue un refugio, un espacio donde pudieron crecer también en el deporte. Sus profesoras y profesores no solo compartían su conocimiento; se apasionaban por verlas avanzar, celebrar sus logros y alentarlas a cumplir sus sueños.

El campeonato refleja años de entrega y pasión en la cancha; un recuerdo que quedará grabado para siempre en sus vidas. Foto: Facebook Cuciénega Atotonilco

Al levantar el trofeo, el tiempo pareció detenerse. Todos los músculos se relajaron por un instante: mientras Valeria y Jacqueline miraban a su alrededor en el Estadio Jalisco, sintieron ese alivio profundo en el corazón, la sensación de que cada esfuerzo, cada caída y cada entrenamiento había valido la pena.

Ahora, ambas preparan sus maletas para disfrutar del premio que acompaña al campeonato: un viaje a la capital española, Madrid, donde incluso tendrán la oportunidad de presenciar un clásico del fútbol español entre Real Madrid y Barcelona. Para ambas será su primer viaje fuera de México, lo que hace que la experiencia sea aún más emocionante e inolvidable.

Al final de sus historias, las dos futbolistas dejan un mensaje que resuena más allá del campo de juego: “Nunca es tarde para iniciar algo”, dice Jacqueline, mientras que Valeria recuerda que “si de verdad quieres algo, hay que trabajar por ello y no rendirse”. Sus palabras son un recordatorio de que los sueños no se alcanzan solo con talento, sino con pasión, constancia y la valentía de seguir adelante, aun frente a los obstáculos y los estereotipos. Cada paso que dan es testimonio de que lo que hoy parece lejano, mañana puede convertirse en realidad.

Este contenido es resultado del Programa Corresponsal Gaceta UdeG que tiene como objetivo potenciar la cobertura de las actividades de la Red Universitaria, con la participación del alumnado de esta Casa de Estudio como principal promotor de La gaceta de la Universidad de Guadalajara.

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