Biblioteca Lic. Raúl Padilla López: un año creciendo con la comunidad universitaria

Entre estantes, páginas y silencio, la Biblioteca Lic. Raúl Padilla López respira conocimiento y comunidad. En el marco del Día Internacional de las Bibliotecas, vamos a conocer este espacio que, desde su inauguración en agosto de 2024, se ha convertido en mucho más que un sitio para estudiar: un lugar donde convergen ideas, curiosidades y sueños universitarios.

Desde su apertura, el crecimiento ha sido notable. “El avance ha sido significativo en el hecho de que ha crecido en cuestión de infraestructura y acervo. Ahorita somos una biblioteca con casi 100 mil ejemplares dentro de nuestro acervo”, compartió Diego Sebastián García Díaz, jefe de la Unidad de Biblioteca.

Antes, la biblioteca solo tenía capacidad para 80 personas de manera simultánea, pero con la nueva infraestructura ahora puede albergar a más de 400 usuarios al mismo tiempo. Además, cuenta con áreas de cómputo, espacios de lectura individual y zonas grupales que promueven la convivencia y el aprendizaje colaborativo. Este cambio no solo amplió el espacio físico, sino que también transformó la forma en que la comunidad universitaria se apropia del lugar.

El maestro destacó que las bibliotecas universitarias no solo almacenan conocimiento, sino que también son espacios de encuentro y comunidad. “Son puntos de convivencia entre estudiantes, docentes y administrativos, pero muchas veces no se les otorga la relevancia que realmente tienen. Son el corazón de los centros universitarios”, señaló.

Para fomentar ese sentido de pertenencia, la biblioteca ha implementado cursos propedéuticos dirigidos a estudiantes de primer ingreso, donde aprenden sobre el uso de los catálogos, de la biblioteca digital y las reglas básicas del recinto. “Queremos que comprendan la magnitud de lo que es la biblioteca, cuáles son sus reglas y cómo hacer un uso correcto del espacio”, comentó García Díaz.

Actualmente, la biblioteca recibe entre 2 mil y 2 mil 500 visitantes diarios y, aunque la mayoría son estudiantes, también acuden personas externas. “Recibimos de 50 a 90 personas diarias que no pertenecen a la universidad, pero vienen porque aman los libros. Somos la biblioteca más grande de la región Sierra Costa Occidental y también funcionamos como una biblioteca pública”, explicó.

Para muchos alumnos, este espacio representa algo más que un lugar de estudio: es también un punto de descanso, encuentro y creatividad.

“Es un lugar muy cómodo para quienes tenemos tiempo libre entre clases. Podemos venir a hacer tareas, descansar o trabajar en proyectos”, compartió Michelle Gallegos, estudiante de Licenciatura en Ingeniería en Comunicación Multimedia. “Además, hay mucha variedad de libros que me gustaría leer, y la parte de arriba tiene mesas muy grandes que son perfectas para cuando hacemos tareas de diseño”.

Michelle también destacó lo accesible y funcional que resulta el espacio para toda la comunidad: “Aunque no me tocó conocer la biblioteca anterior, esta me parece muy completa. Hay muchos compañeros que vienen a hacer tareas aquí porque en sus casas no tienen el espacio, el internet o el aire. Está padre que todos podamos venir a trabajar o simplemente descansar”.

De cara al próximo año, el equipo de la biblioteca busca seguir creciendo. “Estamos en proceso de renovación. Queremos duplicar el área de cómputo, mejorar el mobiliario y retomar actividades culturales que antes se realizaban”, adelantó García Díaz.

Entre esos proyectos destacan el programa “De la tinta a la cinta”, que promueve la lectura a través del cine, y el “Café Literario”, donde los asistentes comparten textos, poesía y café en un ambiente relajado. “La intención es que los estudiantes redescubran la lectura desde distintos espacios, con actividades que los inviten a quedarse y participar”, añadió.

La Biblioteca Lic. Raúl Padilla López se consolida como un lugar donde el conocimiento se comparte, las ideas se cruzan y la comunidad universitaria encuentra inspiración. Un espacio que, más que guardar libros, guarda historias vivas.