miércoles, diciembre 31, 2025
miércoles 31, diciembre, 2025

Cuando la ciencia se disfraza de magia

Estudiantes de QFB del CUCiénega celebraron su identidad en el Aquelarre 2025 por las calles de Ocotlán

El martes 4 de noviembre las calles del centro de Ocotlán se llenaron de color, música y batas blancas convertidas en capas. Era el desfile del Aquelarre 2025, la celebración más esperada por los estudiantes de Químico Farmacéutico Biólogo del Centro Universitario de la Ciénega. Desde el primer carro alegórico que partió del corazón de la ciudad hasta el último que llegó al CUCI, se respiraba entusiasmo: tubos de ensayo convertidos en accesorios, fórmulas pintadas sobre carteles y una comunidad que, por un día, dejó atrás los laboratorios para desfilar entre aplausos, mostrando que la química también puede ser arte, creatividad y unión.

Desde agosto, los estudiantes de noveno semestre de la carrera de Químico Farmacobiólogo (QFB)  comenzaron con los preparativos de una de las tradiciones más representativas de la comunidad química. “Llevamos preparando el Aquelarre desde que comenzó el semestre, pero desde marzo ya hablábamos sobre la organización”, cuenta Litzy Jaqueline Pérez Ornelas, integrante del comité organizador conformado por 40 estudiantes.

El Aquelarre 2025 se extendió durante todo el mes de octubre y parte de noviembre, convirtiéndose en una de las celebraciones más esperadas por los estudiantes de QFB. Hubo show de talentos, fiesta de disfraces, competencias deportivas, además de una elegante gala. La celebración culminó con el tradicional desfile y el concurso de sketch, donde cada generación mostró su creatividad, ingenio y sentido del humor. 

Para Litzy, ser parte del Aquelarre es motivo de orgullo. “Me siento muy orgullosa, es algo que representa a toda la comunidad de QFB, y ser parte de este evento me hace sentir que aporté un granito de arena a la carrera”, comparte. Aunque admite que coordinar a más de 40 personas no fue tarea fácil: “No se puede tener a todos contentos, siempre hay desacuerdos, pero al final todo se resuelve”, asegura que todo el esfuerzo valió la pena, si tuviera que definir lo que significa el Aquelarre en una sola palabra, Litzy no duda: Mágico”.

El desfile del Aquelarre es uno de los momentos más coloridos y simbólicos de la celebración. Cada semestre de la carrera de QFB prepara con semanas de anticipación un carro alegórico con temáticas distintas, muchas de ellas inspiradas en el mundo de la química: medicamentos, fórmulas, frascos de laboratorio o elementos de la tabla periódica cobran vida entre luces, música y disfraces. 

Otros grupos apuestan por propuestas más libres, con botargas, brujas y hasta DJs que animan el recorrido por las calles cercanas al centro universitario; la creatividad de los estudiantes convierte el desfile en una verdadera pasarela científica y festiva que refleja su identidad, sentido de pertenencia y orgullo por la carrera.

“Te hace sentir quien eres, un químico; te hace sentir orgulloso de portar esa bata que significa desvelos, esfuerzo y sacrificio”, comparte Cinthya González Rodríguez, organizadora. Este año, dice, fue especialmente emotivo porque lograron involucrar a todos los semestres en actividades como los carros alegóricos, los sketches y los torneos deportivos: “Nos sentimos orgullosos porque es la primera vez que todos los semestres han ido a una coronación. Siento que algo hicimos bien ahí”. Cinthya resume la experiencia como una lección de unidad, esfuerzo y pertenencia.

Desde el rally de conocimientos hasta el desfile y el sketch, Keila Montserrat Segura García participó junto a sus compañeros en casi todas las actividades de esta edición, motivada por representar con orgullo a su generación: “Queríamos demostrar el apoyo, la creatividad y las habilidades de cuarto semestre”, cuenta. Para ella, esta tradición fortalece los lazos entre generaciones, donde la ciencia, la creatividad y la convivencia se encuentran. “Nos enseña la importancia de la unión y de celebrar el esfuerzo que realizamos”, reflexiona. 

Después de cuatro años participando, Adán Cervantes y su generación de séptimo semestre vivieron esta última edición con más entusiasmo que nunca, organizando desde el carro alegórico hasta los deportes. “Queríamos disfrutarlo al máximo (…) el siguiente año nos tocará organizarlo”, cuenta. Para él, el Aquelarre es esa esencia que tiene todo químico: “Porque aunque siempre buscamos ser profesionales, también tenemos esa chispa de gracia, de competitividad y de talento”, comparte.

El Aquelarre 2025 no solo dejó recuerdos, sino también la certeza de que esta tradición es un reflejo del espíritu que distingue a los futuros químicos farmacobiólogos: disciplina, ingenio y pasión. Entre risas, competencias y noches de preparación, los estudiantes encontraron en esta fiesta una manera de reconocerse como comunidad, de celebrar el esfuerzo compartido y de recordar que, detrás de cada práctica de laboratorio, hay jóvenes con sueños, talento y un profundo orgullo por la carrera que eligieron.

Este contenido es resultado del Programa Corresponsal Gaceta UdeG que tiene como objetivo potenciar la cobertura de las actividades de la Red Universitaria, con la participación del alumnado de esta Casa de Estudio como principal promotor de La gaceta de la Universidad de Guadalajara.

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