El consumo excesivo de alimentos ultraprocesados no sólo afecta el peso corporal, el metabolismo y la conducta, sino que impacta de manera negativa en las funciones del cerebro; de ahí la importancia de moderar su ingesta y, en contraparte, consumir alimentos no procesados o mínimamente procesados.

La investigadora del Laboratorio de Neuro-Nutrición y Memoria, del Centro Universitario del Sur (CUSur), Mónica Navarro, explicó que desde hace un tiempo, en conjunto con las estudiantes Diana Martha Curiel Vargas y Valeria Guadalupe Valencia, se han dedicado a documentar e investigar cómo estos alimentos pueden tener un efecto a nivel cerebral.

“Para entender qué son los alimentos ultraprocesados tenemos que hablar de la clasificación NOVA, un sistema que divide los alimentos en cuatro categorías de acuerdo con su grado de procesamiento: alimentos no procesados o mínimamente procesados, que corresponden a alimentos frescos; ingredientes culinarios procesados, como los aceites o especias; alimentos procesados, verduras enlatadas y ultraprocesados, los cuales han sido sometidos a procesos industriales y contienen ingredientes o aditivos artificiales con el fin de mejorar el sabor, textura, apariencia y prolongar su vida útil”, informó Navarro.

En cuanto a los riesgos de un consumo excesivo, la académica explicó que se han documentado efectos en el sistema nervioso, específicamente en el cerebro, donde se ven afectados los procesos cognitivos, sobre todo en el aprendizaje y la memoria.

“Principalmente, cuestiones como afectaciones a la memoria, el aprendizaje, la atención, la concentración se han visto deterioradas; hay ciertas pérdidas de concentración y memoria cuando estamos consumiendo en exceso estos alimentos”, precisó.

Entre los alimentos ultraprocesados destacan las papas fritas, embutidos que tienen alta concentración de azúcares, alimentos con muy poca cantidad de nutrientes como panes y pasteles, en particular los que tienen que ver con un proceso más industrial.

“No quiere decir que estemos en contra de la industria, solamente es tener cuidado con la cantidad del consumo que tenemos de estos alimentos que tienen que ver con exceso de sodio, azúcares y grasas saturadas”, dijo.

Abundó en que además están alimentos altamente calóricos, como las bebidas edulcoradas que tienen una cantidad elevada de azúcar y pueden afectar la parte metabólica y que se han relacionado con otros indicadores como adiposidad corporal, acumulación de grasa, que conlleva a la obesidad, sobrepeso y otras consecuencias como diabetes, hipertensión y afectaciones cardiovasculares.

“Lo importante es dar información acerca del control en el consumo de estos alimentos, tener una prevención y brindar esa información de que puede tener consecuencias en nuestra salud. Lo ideal es que consumamos más alimentos provenientes de la tierra, por eso se está promoviendo la cultura en el consumo de alimentos tradicionales de cada región, alimentos con un menor grado de procesamiento para poder tener una mejor calidad de vida y salud”, concluyó la especialista.

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