Teatro y danza del CUAAD

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    El Departamento de Artes Escénicas, del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), ha vivido un año ajetreado y ha hecho una importante aportación al teatro y la danza tapatíos durante 2005. La perspectiva para el próximo año es alentadora y existen grandes expectativas.

    De escamochas, danza y otros vericuetos de 2005
    Para los amantes de la escamocha, no hay otra como la que presentan los estudiantes de teatro de la UdeG. Preparada desde hace dos años, cada día está más buena. Con seis espectáculos, la Escamocha Teatral tuvo durante 2005 un éxito mayor del que gozó en 2004.
    Las obras que conforman la muestra son preparadas por profesores y alumnos durante los semestres nones de la carrera, en los que eligen, leen y estudian la pieza que en los ciclos pares montarán al interior del Exclaustro de Santa María de Gracia.
    De acuerdo con Carlos Alberto Maciel García, jefe del Departamento de Artes Escénicas, los alumnos llevan a cabo un trabajo profesional y aunque los espacios no están dados de antemano, gracias a la calidad de los eventos y la movilización de maestros y estudiantes se logra colocar las obras en algunos teatros de la ciudad.
    Por este motivo Los unos contra los otros se presentó durante una temporada en la arena Coliseo, con el patrocinio de la Dirección General Difusión Cultural, de la UDG, y una aceptación favorable por parte de los asistentes.
    Otro escenario importante fue el teatro-estudio Diana, el cual fue
    inaugurado con Los hijos de Sánchez, obra montada por algunos universitarios de la licenciatura de teatro y que cumplió las cien funciones el año pasado. La pieza ha sido una de las más exitosas, ya que en 2004 consiguió el primer lugar en el marco de la Muestra Estatal de Teatro.
    En lo tocante a la danza tampoco hubo descanso. Bajo la batuta del maestro Ismael García ívila, se desarrollaron dos eventos. Uno de ellos, presentado en el plantel universitario, se centró en el tema de la fiesta charra y el folclor mexicano.
    El segundo tuvo lugar en el concurso de danza celebrado en Jalapa, Veracruz, en diciembre pasado y al cual asistieron los jaliscienses como invitados. Con este espectáculo de baile regional y las críticas favorables que recibieron en aquella entidad, concluyeron el año.

    Sobre 2006, sus promesas y una que otra vicisitud
    El esfuerzo, sin embargo, no debe ceder. Para este año el trabajo vuelve a empezar: la búsqueda de escenarios, la preparación actoral, los ensayos de danza, los múltiples desafíos técnicos que un montaje completo implica y… los patrocinios.
    “Muchas de las obras se presentan con un arduo trabajo y carácter profesional. Con frecuencia son los propios estudiantes quienes se las arreglan para montar las piezas, ellos mismos aportan fondos para lo que se necesita”.
    Las escenificaciones para el próximo año todavía no están definidas, pues aún se hallan en proceso de selección. Sin embargo, para febrero han confirmado la representación de lo mejor de la Escamocha de 2005, en la sala Ignacio Arreola, del Exclaustro de Santa María de Gracia.
    El antiguo inmueble es el espacio seguro, pero insuficiente, con que cuentan los alumnos de artes escénicas. Es pequeño. Esa es su principal diferencia respecto a, por decir un ejemplo al azar, el teatro Diana. En palabras del propio Maciel “yo diría no que se trata ni siquiera de un teatro de cámara. El nuestro es un teatro de recámara, pero es con lo que contamos” (bueno, algo es algo dijo el calvo). Por ello, buscar mejores escenarios seguirá siendo una constante labor.
    Como en otras ocasiones, los viernes y los sábados llevarán a las tablas obras infantiles, pero no el domingo, pues aun cuando hay una cuota de recuperación, no es suficiente para pagar horas extras al personal en un día que por ley es de descanso.
    La cuota, añade Maciel, permite valorar con mayor seriedad el trabajo efectuado, ya que por desgracia existe todavía la creencia de que lo gratis es de mala calidad.
    Julio, agosto y septiembre serán especiales. Para entonces estrenarán cuatro o cinco obras que prepararán durante los primeros meses del año. Más delante sabremos dónde harán el montaje.

    Al infinito y más allá: propuesta de laboratorio virtual
    Los proyectos con que cuenta la División de Artes y Humanidades no solo van encaminados a eventos o montajes, sino que se ocupan de la teoría y nuevas infraestructuras para un mejor desarrollo de las tendencias contemporáneas del arte.
    El aspecto virtual gana terreno sobre el modo clásico de hacer arte, tanto en música, pintura y fotografía como en teatro y danza. Por ello, una propuesta todavía a medio camino es el establecimiento de un laboratorio interdisciplinario de creatividad e innovación artística (para fines prácticos, puede usted llamarlo LICIA).
    Según Everardo Camacho, secretario de dicha división, el segundo Foro de arte virtual, celebrado en noviembre pasado en el CUAAD, se ocupó de plantear nuevas estrategias para aprovechar las ventajas del mundo virtual, como son la creación de obras con nuevos instrumentos, cursos en línea o acceso instantáneo a museos virtuales (¡Oh!).
    Esperan que el proyecto LICIA sea aceptado para contar con el presupuesto necesario. El laboratorio enriquecería la infraestructura de las carreras artísticas, las cuales también requieren estar tecnológicamente actualizadas (así se cumpliría la célebre máxima del afamado personaje de la pantalla grande Buzz Light Year: “¡Al infinito y más allá!”).

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