El egresado de la licenciatura en Arquitectura, del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), de la Universidad de Guadalajara, Luis Enrique Flores Cervantes, fue admitido a la maestría en arquitectura de paisaje, de la Universidad de Harvard, con sede en Cambridge, Massachusetts.
Flores Cervantes, originario de Guadalajara, logró su titulación por una tesis conjunta sobre un hospital de grandes especies en el Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias. De la carrera egresó con un promedio de 87. Sin embargo, no se considera “el mejor estudiante”.
Algunas de las credenciales que cree fueron consideradas en Harvard, son su experiencia profesional y currículo, entre otras.
Con sólo 29 años, es director de la oficina “Estudio Ala”, de arquitectura y diseño industrial, la cual fundó con otros colegas. Varios de los proyectos de esta empresa han dado la vuelta al mundo en los medios de publicidad arquitectónicos más importantes.
A la maestría ingresará a mediados de agosto próximo. Solicitó una beca en la Universidad de Guadalajara, que espera sea aprobada. Es posible que logre otro apoyo de Harvard, la institución de educación superior más antigua de Estados Unidos.
¿Cómo surgió el interés por esta profesión?
Desde muy joven me encantó la historia, la arqueología, la naturaleza y el arte. Antes, al inicio de mi carrera, no encontraba el vínculo, hasta que después logré hilar mis gustos y conocimientos con lo que hago actualmente y reflejarlo en mi trabajo.
¿Por qué elegiste Harvard?
Inicialmente tenía mucho interés por los países escandinavos, entre éstos Dinamarca, pero Harvard ha sido un referente. Las personas la conocen más en ámbitos como leyes o negocios, pero es una de las escuelas más importantes, donde impartió cátedra el arquitecto alemán Walter Gropius, director de la Bauhaus. Harvard es una escuela de primer nivel, donde convergen personajes del arte, diseño, la arquitectura. Su ecosistema es enriquecedor; más que en aulas, se trabaja en una especie de estudio abierto, donde estás en contacto con el trabajo de todos, de diferentes países y profesores de primer nivel. Por lo tanto, decidí apostarle. Si quieres ver el final del camino, creo que sería un poco frustrante; es mejor ir paso a paso, y de repente estás ahí.
¿Cuál fue el proceso de ingreso?
Me gusta mucho conectar las cosas. El proyecto de la capilla Centinela, en Arandas, Jalisco, de Estudio Ala, fue nominado por el Instituto Tecnológico de Illinois al premio MCHAP Mies Crown Hall, como uno de los más importantes de arquitectura emergente en 2016. En ese viaje a Chicago conocí a varios académicos de Harvard y viajé a Boston para conocer la escuela. Me recibieron los profesores, me dieron un tour, me entrevisté con varias personas y me enamoré del ambiente. Eso me ayudó a afinar mi aplicación. Es un proceso de selección difícil y del que pocos son admitidos, pero también introspectivo, de analizarte, sincerarte y en unos cuantos documentos expresar lo máximo de mi perfil. Me di cuenta que es mejor plasmar quién eres, qué quieres y cómo puedes ayudar para que tu proceso de enseñanza aprendizaje sea lo que buscas.
Respecto a la maestría, ¿qué te interesó?
Arquitectura de paisaje es muy amplia: te puedes enfocar a muchas cosas. Es la relación entre lo urbano, lo humano y lo natural. Ahí pueden entrar aspectos geográficos, paisajísticos, naturales, sociales. Es muy interesante.