Incierto panorama para migrantes

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Los casi cinco millones de migrantes que hay en Estados Unidos, “tienen pocas esperanzas de resolver su situación legal en el mandato de George W. Bush”, señala el maestro Enrique Martínez Curiel, académico del Centro Universitario de los Valles (CUValles).
Agrega que lograr una amnistía para solucionar su situación como ilegales, como ocurrió en 1986 con la ley Simpson-Rodino (Ley IRCA, por sus siglas en inglés) y que favoreció a cerca de dos millones de indocumentados mexicanos, resulta una cuestión “incierta”.

Trabajadores huéspedes

El presidente Bush dejó claro que solucionar el problema de los trabajadores migratorios depende del Congreso de Estados Unidos, por lo que el gobierno de México no tiene participación formal en el asunto.
Una solución al flujo migratorio estaría restringida a un programa de trabajadores temporales o “huéspedes”.
“Este programa consiste en que trabajadores son contratados por algún periodo de tiempo en ciertas empresas norteamericanas. Hay una red que ‘engancha’ a personas en edad productiva en Guanajuato, San Luis Potosí, Hidalgo, Veracruz, Tlaxcala, y otros estados.
“El problema es que, al asumir Estados Unidos una postura unilateral con respecto a México, las autoridades mexicanas han dejado el asunto en manos del gobierno y empresarios de aquel país, por lo que en muchas ocasiones no les cumplen lo firmado en los contratos originales y las múltiples promesas que les hacen para llevárselos”.
Desprotegidos

Martínez Curiel comenta que “si el gobierno de México estuviera al tanto de este asunto e involucrado en defender al trabajador con relación a su contrato laboral, traslado, abusos, vigilancia a sus derechos humanos, esto les favorecería, ya que ahora los trabajadores mexicanos están desprotegidos por completo”.
Indica que a los “trabajadores huéspedes” mexicanos las empresas les cobran “un buen dinero” por engancharlos, les “dan” para sus traslados, pero con la misma ganancia de lo que han trabajado y, si hay problemas en las cosechas por mal tiempo, “no les dan ni para comer”.
Asegura que este programa incluye no solo a trabajadores para el campo, sino para la industria de la construcción y servicios.
“De Ameca se llevaron a cerca de 30 personas para que trabajaran en algunos casinos norteamericanos como recamareros, lavadores de platos, ayudantes de cocina, etcétera, pero ya no han regresado, porque parece que contrataron trabajadores de Europa, en especial portugueses.
“En necesario que el gobierno mexicano intervenga para protegerlos. Si hubiera un acuerdo, sería bueno que ambas instancias estuvieran involucradas. A Bush lo que le interesa es su programa de seguridad al interior de Estados Unidos y resguardar más sus fronteras, sobre todo la sur”.
A pesar de lo anterior, “el futuro de los migrantes es incierto, pero creo que menos de quedarse a trabajar en México, porque la economía en nuestro país cada vez está más complicada y en especial lo será en 2005, cuando los partidos designen a sus candidatos rumbo a la presidencia y habrá mucho forcejeo”.

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