En la jungla de la vida de calle

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El fenómeno de las personas en situación de calle se ha fragmentado por toda la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG). Antes, era exclusivo de los primeros cuadros de la ciudad, pero las disputas entre grupos de indigentes por el control del centro histórico, atractivo porque hay más establecimientos donde sobra comida y más transeúntes que les den  dinero, han provocado que los demás tengan que trasladarse a otros cruceros o a otras zonas de la ciudad, donde les vaya mejor en el trabajo de calle.

La disputa por esos espacios ha provocado incluso muertes. Es la ley de la jungla, señala Ricardo Fletes, jefe del Departamento de Desarrollo Social, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), quien investiga este fenómeno desde 1985, y quien considera que el crecimiento de grupos delincuenciales ha recrudecido la situación.

“Pero también cuantitativamente ha ido creciendo el número, las condiciones de pobreza y sobre todo las condiciones de violencia entre ellos se ha vuelto exacerbada, por el vínculo tan estrecho que tienen con la gente que distribuye droga, sobre todo. Entonces ya la disputa que antes era por un espacio de trabajo, ahora es más por un espacio de distribución de drogas. Y entonces eso ha contribuido a que la violencia se vuelva más violenta”, afirma Fletes Corona.

Frío o calor extremo según la temporada. O en el peor de los casos, lluvia. Condiciones insalubres, abuso policiaco o de las pandillas criminales. Prostitución o ataques sexuales. Todo ello es el común denominador cuando se vive en las calles.

Por ello, la disputa es descarnada. Se pelea un crucero para pedir limosna o para trabajar como tragahumo o limpiaparabrisas o en la venta de chicles. También luchan por un puente peatonal para dormir con cartones y cobijas. Un paso a desnivel o una finca abandonada que sirva como refugio.

“Porque hay zonas, lugares que son más buenos para la limosna o, como dicen, para la chamba. Independientemente de a lo que se dediquen son mejores para el trabajo, para obtener ingresos y la zona de Chapultepec se ha convertido en una zona de disputa entre grupos de personas indigentes”.

Esto, puntualiza, también ha traído el incremento de niños y mujeres pidiendo dinero en estas zonas de bares.

“Y hoy vemos familias enteras que van incluso con una carriola, pero generalmente el papá no aparece por ahí; va la mamá, y el montón de niños en grupo pidiendo limosna. También del grupo de indigentes que vive por la zona de la Glorieta de Niños Héroes ha sido agredido por otro grupo de indigentes que vive en la calle o por la misma gente que ahí concurre. Hay ahí una disputa muy fuerte por el espacio”, dice.

La saña y las cifras
La opinión pública se cimbró en la Ciudad de México luego de que la prensa informó que algunos indigentes fueron prendidos en fuego. Esto, señala Fletes, también ha ocurrido en el Occidente del país.

“Y vemos expresiones como esa, ¿no? Que antes veíamos a cuchillos, a balazos, a golpes y ahora vemos la saña, que está más pesada. Incluso esto yo desgraciadamente lo viví y lo comentaba entre la gente que trabaja estos temas en instituciones gubernamentales y no gubernamentales, que fueron las primeras veces que vi personas degolladas y descuartizadas, y además que les prendían fuego o que los metían en llantas y les ponían gasolina y los quemaban ahí”, apunta Fletes Corona.

Por ejemplo, el 23 de abril de 2018 se viralizó en redes sociales un vídeo en el que tres individuos golpean y patean a una persona que dormía envuelto en cobijas en una banqueta de la Colonia del Fresno, en Guadalajara.

Por su parte, el DIF Guadalajara cuenta con un Programa de Atención a Personas en Situación de Calle. Inició en el primer cuadro de la ciudad, y se extendió a las inmediaciones del Parque Agua Azul, el Mercado de Abastos y la Normal.

Brigadas recorren estos barrios e invitan a quienes encuentran en la calle a que pasen a un albergue de puertas abiertas. Cada noche atienden alrededor de 20 personas.

El Centro de Atención y Desarrollo Integral para Personas en Situación de Indigencia (CADIPSI), tiene capacidad para atender a 60 personas y ya se tiene un proyecto para construir un nuevo centro de cinco pisos con capacidad para 150, en cuartos individuales.

Según las cifras del DIF, hay 300 personas en situación de calle en Guadalajara. Para Ricardo Fletes, la cifra se queda corta. De acuerdo con sus investigaciones, en toda la zona metropolitana tiene un registro de 3 mil 662 personas.

“Y en Guadalajara debe de haber, sin ser exhaustivos, cerca de 600 personas trabajando en calle, el fenómeno ahora con la construcción de la Línea Tres del Tren Ligero, los espacios que han quedado semiutilizados por lo mismo de la construcción, del proceso de construcción, se han ido apropiando por varios indigentes”.

Otras zonas donde se ha incrementado la presencia de personas en situación de calle son: Palacio Federal, por Hospital y 16 de Septiembre,  así como el Jardín Botánico, las vías del tren a lo largo de avenida Inglaterra, e incluso Providencia, aunque ahí sólo durante el día.

A manera de conclusión, Fletes Corona reflexiona: “Se está poniendo cada vez peor, no veo un panorama muy halagüeño para ello y eso debería de preocuparnos más. Y ahora curiosamente no ves que los nuevos gobernantes o presidentes municipales o candidatos para la presidencia de la república impulsen una agenda para esto”.

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