Día del Trabajador Universitario

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Pensando cómo expresar el valor del trabajo de nuestros trabajadores administrativos, recordé la anécdota que recientemente se ha vuelto viral en internet gracias a que Mark Zuckerberg, el creador de Facebook, la comentó en un discurso en la Universidad de Harvard: “John F. Kennedy visitó el Centro espacial de la NASA y vio a un conserje con una escoba y le preguntó qué hacía. El conserje le respondió: ayudar a que el hombre llegue a la Luna, señor presidente”. 

“Motivación es pensar que formamos parte de algo más grande, que somos necesarios, que tenemos un objetivo por el que trabajar”, continuó diciendo Zuckerberg. De eso trataba su discurso, de lo importante que es encontrar motivación en lo que hacemos, como aquel empleado que se sentía orgulloso porque al usar la escoba porque estaba contribuyendo de alguna manera a que el hombre pudiera llegar a  la Luna, acto que posteriormente ocurrió y que fue considerado un gran paso para la humanidad. 

Estoy convencido entonces que nuestro motivo es más grande que el de aquella persona, no buscamos un gran paso para la humanidad, trabajamos día con día para que la humanidad camine sin descanso y por mejores rumbos, trabajamos para que se cumplan los sueños no de uno, sino de muchos hombres; miles, cientos de miles de jóvenes que a diario nos visitan, buscando forjar un mejor futuro para ellos, para nosotros, para la humanidad. Con la escoba, con la computadora, con nuestras manos, preparamos los espacios, las condiciones que permiten a esos jóvenes concretar sus sueños: ser profesionistas al servicio de su entorno, en síntesis, los ayudamos a ser mejores personas. Ese, sin duda, es un gran motivo para sentirnos satisfechos.

Hoy todos sabemos quién es Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la Luna, pero seguramente ni Zuckemberg ni el propio Kennedy conocieron el nombre de aquel conserje, incluso tal vez fue una anécdota producto de un buen redactor de discursos y ese hombre y su historia ni siquiera existieron. 

Esa es la gran diferencia con este acto en el que les reconocemos los años de servicio y su entrega en la Universidad de Guadalajara, en el que se dice el nombre de todos, para que pasen a este estrado a recibir un simbólico reconocimiento.

Gracias Rector General, por reconocer que, detrás de ese esfuerzo colectivo, existen también esfuerzos individuales, historias de vida, porque es importante reconocer que existen personas con nombre y apellido, que contribuyen día con día a la grandeza de nuestra institución.

Veo por ejemplo que el día de hoy entre los homenajeados tenemos grandes historias: Isaura López, quien ha recibido algunos premios estatales de periodismo y próximamente recibirá un premio nacional por sus trabajos de investigación como reportera en el área de la salud. Y como ella muchos otros compañeros de Radio Universidad han recibido premios estatales y nacionales: Víctor Chávez Ogazón, Julio Ríos, el amigo Pepe Díaz Betancourt,  Raúl de la Cruz, quien también publicó su libro Historia de una pasión, sobre nuestro equipo de futbol, los Leones Negros. Una compañera, Doris, que trabaja en la Biblioteca Pública, estará próximamente en el escenario de Bellas Artes, participando en el Festival Internacional de Narración Oral, actividad que realiza como parte de su labor en la biblioteca.

Amigos trabajadores, al cumplir con nuestra labor cotidiana, tocamos muchas vidas; de que estos 20, 25 y 30 años valen cada día y cada esfuerzo. Desde el SUTUdeG les damos las gracias y nuestro más sincero reconocimiento.

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