Bajan bajan

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    La odisea que representa transportarse en la ZMG, deja corto al presuntuoso modelo de transporte del que tanto han hablado. Más allá de un tablero electrónico, cámara de seguridad, capacitación a choferes y demás requerimientos, la gestión y organización del transporte ha dejado mucho que desear.
    En una zona metropolitana de casi cinco millones de habitantes, como es Guadalajara y su entorno, resulta inaceptable que los intervalos de unidades en horas pico sobrepasen los 10, 15 minutos o en el peor de los casos lleguen hasta media hora.
    Implementar un sistema de prepago que evite al chofer las transacciones de dinero, para hacer las paradas más ágiles y rápidas; disminuir los intervalos de tiempo al colocar más unidades en los trayectos más demandantes, son sólo algunos de los puntos débiles en materia de gestión, organización y flujo de las rutas a las que debería prestarse mayor atención.
    El nuevo modelo de transporte es un proceso tan lento como el tiempo de paso de los camiones. De ser uno de los afortunados en subir a una de estas atiborradas unidades, no habrá que olvidar que al pedir la parada debe gritar: ¡Bajan, bajan!

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