Apoyan la producción limonera de Jalisco

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En las huertas de la familia Beas López, el tapizado de árboles verde brillante contrasta con el de un espécimen cuyas ramas y frutos están secos, u otro cuyas hojas se tiñen de amarillo; esos signos muestran la presencia de enfermedades del limón persa, como ocurre en otras granjas en San Martín Hidalgo, una de las principales zonas productoras de este fruto en Jalisco.

“Los problemas más importantes a los que nos enfrentamos son el Huanglongbing (HLB) o ‘dragón amarillo’ y el secado de árboles. Este último es un problema severo que avanza con prisa”, comentó Justo Camacho Barreto, presidente del Sistema Producto Limón Persa en Jalisco.

Tanto a productores de la región como académicos de la Universidad de Guadalajara (UdeG), preocupa esta situación. Tan sólo en las huertas de la familia Beas López han tenido que replantar más de 500 árboles a causa del secado.

“Lo que estamos enfrentando es que se empiezan a secar. No sabemos la razón. De repente está el limón bonito y luego se seca una rama. Usted se la corta y luego se seca otra”, añadió el agricultor Rubén Beas López, quien produce más de 40 toneladas al año en 14 hectáreas y las exporta a Estados Unidos.

Él y su familia decidieron cambiar el cultivo del maíz por el cítrico, ya que el primero no les era redituable. Lo mismo ocurre entre los cañeros. “Lo que tiene el limón es que le puedes estar cortando cada mes y medio o dos meses, depende, y ya ve que la caña es una sola cosecha al año. El maíz igual. Entonces le ve uno más utilidad al limón”.

Víctor Manuel Medina Urrutia, investigador del Departamento de Producción Agrícola, del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), explicó que existen varios agentes que afectan el cultivo de limón persa —unos más serios que otros— e impactan tanto en el rendimiento como en la calidad del fruto.

Uno es el HLB, ocasionado por la bacteria Candidatus Liberibacter spp, transmitida por el insecto Diaphorina citri. De acuerdo con el investigador, su presencia está distribuida en todas las zonas citrícolas adultas de México, pero en Jalisco no es tan agresiva como la que afecta al limón mexicano en Colima, donde los árboles pierden hasta 50 por ciento de producción en un tiempo corto.

Otro problema es la llamada muerte regresiva y que paulatinamente seca a los árboles del cítrico. “Eso sí le causa un daño directo al bolsillo del productor, porque estimamos que se muere entre tres y cinco por ciento al año de árboles en Jalisco y es una perdida bastante fuerte”, indicó Medina Urrutia.

Sin embargo, agregó el académico que aún no están bien definidos sus agentes causales, por lo que precisó que se requiere más investigación y financiamiento para determinarlos.

Proyecto
Ante ese panorama, académicos y estudiantes del CUCBA, con una serie de investigaciones realizaron un manejo nutricional en el ámbito experimental y en la huerta de la familia Beas López, y lo compararon con el uso de productos sintéticos.

Uno de los resultados fue que con el uso de biofertilizantes comerciales aumentó la producción hasta ocho toneladas promedio por hectárea.

También disminuyó la muerte de los árboles. “Mientras que donde se aplican los productos sintéticos tenemos alrededor del cinco por ciento de árboles muertos por año, en este caso tuvimos el .5 por ciento. La diferencia es bastante fuerte. Además, con estos productos lo que se logró fue que la fruta se conserve más tiempo verde, lo cual es importante, porque el limón persa depende completamente del mercado de exportación”, expresó Medina Urrutia.

Al respecto, el hijo homónimo del productor Rubén Beas, estudiante de la licenciatura en Ingeniero Agrónomo del CUCBA, concluyó: “Aparte de que hubo más sanidad en el árbol, elevó la producción, y más que nada, como lo comentaba el doctor, la muerte de los árboles bajó drásticamente”.

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