Un embalse con altos costos

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La Presa de El Zapotillo no es la solución mágica que quieren hacer creer las autoridades. Se trata apenas de un paliativo que no remedia de fondo las necesidades de León, Guanajuato, y que a la larga dejará impactos negativos en materia social, ambiental y alimentaria, pues le quitará agua a la región de los Altos que de por sí ya sufre de estrés hídrico.

En esto coinciden investigadores de la Universidad de Guadalajara, la Universidad Autónoma de Querétaro y la Universidad de Guanajuato, esta última del estado que supuestamente se vería beneficiado por el embalse, quienes participaron en el foro “El agua como elemento de vida económico, social y técnico de Los Altos de Jalisco”, realizado en el Centro Universitario de los Altos (CUAltos), con sede en Tepatitlán de Morelos, Jal.

Miguel Magaña Virgen, jefe del Departamento de Ciencias Ambientales del Centro Universitario de Ciencias Biológico Agropecuarias (CUCBA), recordó que desde 2006 advirtieron que el proyecto está sustentado en estudios deficientes, pues sólo toman en cuenta a la cortina y no al trasvase, ni al acueducto que llevaría el líquido hasta León, Guanajuato.

“Es un estudio administrativo, no integral, generado en 2006. Vamos a ciegas, al no saber exactamente ni contabilizar o analizar los impactos ambientales generados por este megaproyecto. Echar a andar esto sin responder a tantas preguntas es otro de los grandes errores históricos que esperemos que no suceda”, apuntó

Magaña Virgen agregó que los estudios deberían tomar en cuenta la disponibilidad de agua actual, el pronóstico, la gestión y ordenamiento hídrico desde la perspectiva de los derechos humanos y el manejo de acuíferos informado, y contemplando ahorros y control de la contaminación tanto en la cuenca del Río Verde como en el área de influencia.

Por su parte, la investigadora Susana López Funes realiza un trabajo sobre mecanismos compensatorios por servicios ambientales hidrológicos en la sierra de León para la Universidad Autónoma de Querétaro, y para lo cual es apoyada por académicos de  la Universidad de Guanajuato. Ella estudia los costos sociales y ambientales de este tipo de proyectos y afirma que todo trasvase tiene impacto negativo, ya que modifica flujos hidrológicos, microclimas y ecosistemas.

“La población de León no está bien informada, las instituciones se han encargado de dar una imagen a este proyecto de que sin agua no hay crecimiento, ni empleos, ni calidad de vida, entonces, la mayor parte de la población que conoce el proyecto lo acepta, lo pide, sin pensar un poco más allá de las repercusiones, pues no se habla de los costos ambientales y de los impactos sociales”.

Coincide con investigadores de la UdeG en cuanto al alto costo del acueducto, pues ni siquiera hay certidumbre del flujo que tendrá el Río Verde en escenarios de cambio climático en los próximos 25 años.

“Desde mi punto de vista y de las universidades Autónoma de Querétaro y la de Guanajuato, no creemos que ésa sea la manera, porque los costos van a ser mayores al final. La construcción del acueducto para trasladar el líquido a León, que son aproximadamente 140 kilómetros, en un inicio estaba contemplado que iba a costar 3 mil millones de pesos y ya lo inflaron a 8 mil”.

En los Altos de Jalisco el principal problema es la falta de agua. La región sufre de estrés hídrico, pues mientras que los organismos internacionales recomiendan mil 700 metros cúbicos anuales por persona, en esta región sólo se cuenta con 580 metros, es decir, cerca de la escasez absoluta.

El presidente del Observatorio Ciudadano para la Gestión Integral del Agua, Juan Guillermo Márquez Gutiérrez, apuntó que esta presa colapsará a la región que abastece de alimentos a Guadalajara, con lo cual éstos subiran de precio.

“Pues hay un dilema muy fuerte, los alimentos para las ciudades se producen en el campo, dejar sin agua al campo es afectar de manera considerable la producción de los alimentos o encarecerlos en una medida importante. Por eso no debemos ver lejana a la región alteña, pues este renglón alimentario nos hermana con la zona metropolitana”.

La rectora del CUAltos, Mara Robles Villaseñor, dijo que este campus y el Centro Universitario de los Lagos (CULagos) están preocupados por la situación y por ello publicaron en 2014 un desplegado en el que pedían conocer detalladamente el proyecto.

“La propuesta del CUAltos es buscar respuestas a las preguntas siempre tomando en cuenta el criterio científico, técnico, sustentable, social y de equidad, y desde luego el factor económico y político. Debemos escuchar a todas las voces, son bienvenidos los pobladores de Temacapulín y del Observatorio Ciudadano del Agua, pero también invitaremos a la Comisión Nacional del Agua, a la Comisión Estatal del Agua, al Instituto Mexicano de Tecnologías del Agua”.

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