Académicos y estudiantes del CUNorte reflexionaron sobre Ayotzinapa

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En el marco del III Seminario Permanente de Investigación e Innovación Tecnológica, que organiza el Centro Universitario del Norte, académicos y estudiantes de diversos perfiles disciplinares expusieron su punto de vista y reflexionaron sobre lo acaecido hace un año a los normalistas en Iguala, Guerrero, y que salió del contexto nacional.

¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!, ¿dónde están?, ¿quiénes son los responsables de su desaparición?, ¿por qué las autoridades no son claras en sus argumentos?, ¿quién pagará por este crimen?, constituyen preguntas y reclamos que a un año de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, continúan sin respuesta.

Lo sucedido en el caso de los estudiantes de Ayotzinapa nos ha vuelto más escépticos y críticos a los mexicanos. Hemos elevado el grado de conciencia, no cesamos de buscar esa verdad y eso tendrá que verse reflejado en el aspecto político; las autoridades son responsables de encontrar la verdad y decirla, y los ciudadanos estamos obligados a exigir esa verdad, aseveraron alumnos y docentes.

“Somos una incubadora de ideas que todo el tiempo está generando conocimiento, que está generando voluntades y movimientos políticos; somos prácticamente un arma de doble filo para el Estado. Nos ofrecen becas y nos impulsan a seguir, pero una vez que generamos algo que nos les conviene, nos callan”, puntualizó Katherine Chacón Murcia, alumna de intercambio de la Universidad Nacional de Bogotá, comentario al que se le unieron alumnos del CUNorte.

En tal sentido, Uriel Nuño Gutiérrez, director de la División de Cultura y Sociedad en CUNorte, exhortó a los asistentes para que con sus hechos y no sólo con palabras, busquen y obtengan un mundo mejor.

“No podemos permitir que nos arrebaten la capacidad de soñar, de soñar en ese mundo distinto, pero el mundo distinto no lo vamos a alcanzar si no caminamos hacia él. Caminar hacia él, significa dejar a veces la comodidad de nuestras áreas de confort e involucrarnos más allá de nuestro propio decir, para llegar a nuestro propia actuar”.

Si nos han quitado el sueño, no los dejaremos dormir. Seguirán escuchando nuestras palabras y nuestros pasos en el camino a la construcción de un México y un mundo mejor, puntualizó el académico.

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