El rostro de la memoria

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Decía Federico Campbell (1941-2014) en el ensayo que da título a su libro Padre y Memoria, que “preguntarse cuál es el papel de la memoria en la invención literaria —en el proceso creador de la literatura— supone entender de qué manera en cualquier ser humano —y no sólo en el escritor— el pasado informa al presente no menos que el presente informa al pasado, en el juego de una doble perspectiva”.

Es esta obra fundamental para entender el pensamiento del periodista, escritor, editor y ensayista tijuanense, en un libro que aunque fue originalmente publicado en 2009, luego de una revisión y ampliación del autor poco antes de su muerte, regresó en una nueva edición de Océano en los primeros meses de este año. A través de sus 50 ensayos breves, en ocasiones recurrentes en temas y escritores que dan apoyo a sus argumentos, Campbell nos muestra su gran preocupación que con los años se le hizo una constante presencia: “La memoria es la identidad personal. Somos memoria”.

Con esta intención de viajante, Federico Campbell se adentra y escarba en los escritores —de ficción o no— que han sentido la impetuosa necesidad de volcar en sus textos sus reflexiones e inquietudes sobre el motor que da vida a la memoria humana, su funcionamiento y motivaciones, y el cómo ésta, que es irrepetible en cada uno de nosotros, nos determina inexorablemente. Pero a la vez, el encuentro de la figura del padre con muchos de los grandes escritores (el otro gran interés del libro), no se puede desligar de los recuerdos que más que dar una narrativa de los hechos, reconstruyen en una suerte imaginativa, creativa, la realidad que se posee, nos dice Campbell.

Así, aparecen en el texto nombres y citas de autores como Kafka, Borges, Proust, Rulfo, Paul Auster o Philip Roth, entre tantos otros del mundo de la literatura, pero también del campo de las neurociencias o la psicología, y que al confrontarlos, Campbell pone de manifiesto lo que ya se ha dicho antes, que la intuición literaria sobre el porqué de nuestros sueños, deseos, miedos, memoria; nuestra mente, prevé con profundidad y un rostro lo que la ciencia luego corrobora dando crédito a ese pensamiento inventivo.

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