Vivimos una realidad de dominación, determinista, donde el qué hacer y qué pensar se elige por otros, donde el tiempo es una interpretación inducida por manos invisibles; los canales por los que se nos “informa” son de hecho poderosos conductos que cancelan nuestra capacidad de pensar, de descubrir y de modificar, se nos manipula con el anzuelo de nuestra necesidad, hemos caído una y otra vez manifestando esa flaqueza del espíritu que no logra sostenerse por sí mismo.
Durante décadas, a través de documentales, noticias, fotografías, filmes, reflexiones y libros, se nos ha hablado de una pobreza construida por la ausencia de cosas, ausencia de riqueza y de plenitud material, la pobreza producto de la catastrófica distribución de la riqueza en occidente, de casas de lámina, de calles y pisos de lodo, de la muerte que acecha en la escasez, del abandono, del olvido y, así, bajo esta interminable invasión de imágenes, vale pensar y descubrir, que esta pobreza tan cobijada por los medios es en realidad hija de una pobreza mayor: la pobreza de espíritu en nuestra tan “moderna” sociedad.
En INRED A.C. pensamos en las vías para resolver esta pobreza, fuente de todas las pobrezas.