Un metro de arte por favor

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    En un pasadizo simétrico de madera, con elegancia, sutileza y minimalismo, la galería Demetria, del hotel que lleva el mismo nombre, presenta unos de los metros cuadrados más creativos que cualquier construcción haya podido acoger alguna vez.
    Con el objetivo de dar a conocer a nuevos artistas de la ciudad y convertirse en una incubadora de la creación tapatía, nace la primera Feria de Arte Joven en Guadalajara, 1M2 (Un metro cuadrado), bajo la curaduría de Humberto Moro.
    Se trata de un formato híbrido entre feria, concurso y exhibición, que impulsa a los artistas a realizar obras inéditas en un formato específico, que esta vez fue un metro cuadrado, para concursar entre las piezas presentadas por creadores menores de 34 años, con una posterior exhibición y venta de las mismas.
    Humberto Moro, artista y curador, explica: “Lo que nosotros quisimos ofrecer a los artistas jóvenes es una plataforma para no sólo exhibir, sino para vender sus piezas y que con estas primeras ventas puedan darse a conocer entre las personas que coleccionan o que son posibles coleccionistas en la ciudad.
    “Partimos de eso y empezamos a preguntarnos cómo hacer que la comunidad artística incurriera en la producción. Entonces pensamos en este formato: un metro por lado, un formato inusual y en el que casi ningún artista iba a tener una pieza. Eso es un candado para animar a los artistas a que hicieran una obra exclusiva para la feria, para generar propuestas nuevas y para que los artistas que no fueron seleccionados, se quedaran con una obra más”.
    La feria está compuesta por 39 obras de 29 artistas seleccionados entre 140 trabajos recibidos de 90 artistas. Los creadores podían participar hasta con tres piezas. Algunas obras fueron concebidas como trípticos.
    Las piezas que se encuentran en 1M2 no tienen más que eso en común: la dimensión. Lo mismo da encontrar una madera hecha trizas con alguna especie de hacha o cuchillo, que un meme sexy-porno o una imagen de lo más romántica de un colchón con hojas otoñales sobre el mismo. Lápiz, pluma, madera, tela, papel, cuentas y calcas infantiles expresan los distintos tipos de creaciones.
    Con respecto a los círculos cerrados de artistas en Guadalajara, Moro comenta: “Lo que más me dio gusto fue encontrarme con mucha gente que no conocía”.
    Para el criterio de selección utilizaron bases estéticas y también los contenidos, pero además fue sumada la pasión y el profesionalismo. Moro explica: “Seleccioné obras que no se quedaban en lo estético, sino que partían de un proceso, en las que había un concepto más sólido y no sólo se encontraban expresiones estéticas. Además, la feria era para artistas, para personas que se consideran artistas, no para alguien que quiere ser artista. Sí hubo diseñadores gráficos y personas que toman el arte en un plano amateur, pero esta feria fue para personas que su trabajo es el arte.
    “Es una responsabilidad colgar una obra y venderla aquí. No puedo vender una pieza que es su primera exposición, contra gente que ya tiene su carrera sólida. ¿Cómo voy a poner al mismo precio esas dos cosas?”
    La faceta de premiación de la exposición tuvo efecto el mismo día de la inauguración del evento, otorgándose tres premios: el de adquisición, por 15 mil pesos, que la galería entregó a Karian Amaya y el premio de producción “Apuesta joven”, por 10 mil pesos, del Centro de Cerámica Noé Suro (CCNS). Suro se ofreció a producir una pieza para algún artista, aparte de adquirirla. Dicho reconocimiento fue otorgado a dos personas: Manuel García y Raúl Rebolledo.
    Todas las piezas tienen un valor de 10 mil pesos y ya vendieron más de la mitad, con lo que Moro expresa estar satisfecho.
    La apuesta de este joven curador se dirige a modificar la dinámica en la manera de percibir y entender el arte. Moro reflexiona acerca del diálogo artístico que existe en la ciudad y considera: “Sí busco espectadores más involucrados y artistas más involucrados. Porque los artistas y el espectador están acostumbrados a que todo se haga por ellos. El espectador a que le pongas, le digas y le expliques todo, y al artista también”.
    Con respecto a su faceta como pintor, Moro cuenta: “Estoy tratando de abandonar la creación. Justo ahora tengo la beca del Programa de Estímulos a la Creación y al Desarrollo Artístico (PECDA), pero es un proyecto largo que tardará mucho tiempo. De la pintura ya me alejé por completo. Creo que al final me satisface más hacer enunciados con la obra de los demás que con la mía”.

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