El “indio” sigue fuera de la ciudad letrada

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Las instituciones de gobierno siguen reproduciendo la discriminación y estigmatización de los pueblos indígenas mediante la imposición de formas de organización para conseguir recursos públicos que los orillan a modificar sus estructuras de gobierno, sus tradiciones e identidad, afirmaron académicos de la Universidad de Guadalajara.
Este análisis tiene sustento en las notas periodísticas relacionadas con indígenas en la primera mitad del siglo XX, realizado por varios especialistas, entre ellos Horacio Hernández Casillas, investigador del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, quien agregó que la imagen que se construye de los indígenas es similar a la que prevalece desde hace más de un siglo.
“En esa época la población consideraba a los indios como inferiores, salvajes y como sujetos que debían ser sometidos a la educación formal, para que se integraran a lo que entonces se consideraba progreso, y vemos que esa idea discriminatoria prevalece, aunque con un discurso más matizado y políticamente correcto”.
Hernández Casillas, Alejandra García, Érika Julieta Vázquez Flores y Uriel Nuño Gutiérrez, académico del Centro Universitario de la Ciénega, fueron compiladores del libro La construcción de un discurso racista sobre el Indio en la prensa tapatía, que abarca de 1920 a 1950, con base en notas publicadas en el diario El Informador.
Nuño Gutiérrez dijo que a pesar del levantamiento zapatista en 1994, los malogrados acuerdos de San Andrés y el reconocimiento de la multiculturalidad, los pueblos indígenas continúan siendo objeto de expresiones de racismo, aunque más sutiles.
“Antes les nombrábamos indios, patarrajadas o bárbaros. Ahora el discurso oficial ha optado por llamarlos pueblos originarios, aborígenes o étnicos, pero en el fondo estos términos siguen siendo peyorativos, en el sentido de que no se reconoce de manera formal su autonomía ni su cosmovisión”.
Los programas sociales institucionales han contribuido a dicha discriminación, pues con el pretexto de tener acceso a los recursos otorgados, los obligan a modificar sus rituales, costumbres y festividades, lo que trastoca sus rasgos de identidad y no abona en el fortalecimiento como culturas únicas y nacionales, afirmó Hernández Casillas.
Mediante este estudio los académicos pretenden generar un memorial de los abusos de los que estos grupos han sido objeto a largo de dos siglos, a fin de que puedan tener elementos para exigir un trato igualitario digno, en beneficio de sus creencias y tradiciones.

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