Visiones alternas del festival

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No siempre las que compiten son precisamente las mejores. Durante el pasado Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG25), se proyectó una variada cantidad de películas alternas fuera de competencia, agrupadas en secciones como: Sin Fronteras, Tendencias Europeas, Corrientes Alternas y Cine Iberoamericano y mexicano fuera de competencia, que enriquecieron la propuesta fílmica, ya que muchas de ellas pasaron antes por festivales como el de Cannes, el de Berlín, incluso algunas de éstas obtuvieron algún reconocimiento de proyección internacional como El profeta (2009), del director francés Jacques Audiard, merecedora del Gran Premio del Jurado en Cannes, cinta con la que fue inaugurada el festival, o el filme argentino El secreto de sus ojos (2009), de Juan José Campanella, ganador del Oscar a la Mejor película extranjera hace apenas unos días.
Reconocidos directores desfilaron por estas secciones. Realizadores consagrados con amplia trayectoria hasta los más contemporáneos, alternativos y underground como Agní¨s Varda, Claude Chabrol, Jacques Tati, hasta Fatih Akin, Isabel Coixet, Claire Denis, Harmony Korine, Spike Jonze y Park Chan-wook, entre otros.

Desde Oriente
La película más reciente de Park Chan-wook, Thirst (Bakjwi 2009), se presentó en el festival dejando buena impresión entre los asistentes. El director coreano, creador de la Trilogía de la Venganza, y quien se ha colocado en el gusto de los jóvenes mexicanos, mostró su más reciente historia que trata sobre el experimento para encontrar una vacuna capaz de erradicar un virus mortal.
Por su parte, la directora española Isabel Coixet nos llevó de tour por la ciudad con su película El mapa de los sonidos de Tokio. En un recorrido nocturno, el espectador es testigo de los sonidos que acompañan las calles de Tokio, los autos, las máquinas de comida, la habitación de un hotel de paso diseñada como un vagón de metro, el disparo de una pistola. Durante el día se registran los sonidos de las fábricas, del mercado, de los restaurantes y bares. Un hombre está a la caza de sonidos, graba todo lo que encuentra, desde el sorbo de la sopa hasta el de una motocicleta. Él es el narrador y nos cuenta la historia de Ryu (Rinku Kikuchi, la misma actriz de Babel que interpreta a la sordomuda), una chica que durante el día es una empleada de un mercado y por la noche una asesina a sueldo.
She, a chinese, de la directora Xiaolu Guo, nos muestra la historia de una joven de nombre Mei que vive en el campo y que siempre muestra inquietud por mudarse a la ciudad, pero no cualquier ciudad. Cuando su madre le dice que deberá casarse con cierto hombre para que los saque de pobres, ella le contesta: “No me interesa, este tipo vive en una ciudad muy aburrida”, la madre la golpea y le dice: “Estúpida, te vas a casar con el hombre, no con la ciudad”. Mei sueña con visitar la ciudad que aparece fotografiada en el calendario del mes de abril, se trata de Londres, ella no lo sabe, ni siquiera sabe dónde está, pero un día llegará para quedarse.

Bizarro a fuerzas
El lado bizarro no podía faltar en este FICG, y así como en algún momento Pink Flamingos, de John Waters exasperó a más de alguno, Trash Humpers (2009) la película más reciente de Harmony Korine, provocó la salida de más de algún espectador de la sala. La diferencia es que mientras Pink Flamingos es considerada una película de culto, la titulada Trash Humpers es considerada por el mismo director como “basura para desechar”. El llamado enfant terrible de los 90 y director de filmes como Gummo (1997), Julien Donkey Boy (1999) y Mister Lonely (2007), vuelve a mostrar el lado que nadie quiere ver de la América marginada. Durante 77 minutos tres personajes con máscaras de ancianos se vuelven una molestia para quien tiene la mala suerte de encontrárselos: son destructivos, molestan a los animales y prácticamente toda la cinta se masturban con los contenedores de basura. Algo parecido a lo que sucedía en la película de Gummo, pero sin la frescura y la espontaneidad de ésta donde se reflejaba el Harmony Korine veinteañero y no el cuarentón de ahora, donde las escenas se sienten forzadas, sin sorpresa y con un claro sobre esfuerzo por hacer una película bizarra.

Grata sorpresa
La vanguardia en este festival estuvo representada por directores como el turco-alemán Fatih Akin, de quien en esta ocasión pudimos ver Soul Kitchen (2009), una comedia que gira en torno a un restaurante y su dueño, que se ve orillado a romper con la rutina de los comensales. Fatih se ha colocado el gusto del público y de la crítica con filmes como Contra la pared (2004) y A la orilla del cielo (2007).
Una grata sorpresa fue la proyección del trabajo más reciente de Spike Jonze, director de Being John Malkovich (2000). Durante una sola función se pudo apreciar el cortometraje: I’m here (2010), estrenado en el pasado Festival de Sundance. La idea original de este corto con duración de 30 minutos fue pensado para un spot comercial de una conocida marca de vodka, pero finalmente se convirtió en una historia de amor con el característico sello de Jonze. La trama gira en torno a la vida de un robot en la ciudad de Los íngeles. Y aunque no se trata de un largometraje, con este corto quedó demostrado que muchas veces las mejores historias no necesitan de mucho tiempo en pantalla y que para narrar con imágenes en movimiento sólo se necesita eso, saber narrar.
Así termina una edición más del FICG que el próximo año tendrá, como siempre, buenas propuestas, aunque no siempre bajo los grandes reflectores.

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