Kenya Márquez

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Al cine lo subsidian los actores y los realizadores, primero con su talento y después con sus bolsillos. Esa es la conclusión a la que los mexicanos podemos llegar después de platicar con los que plasman cada día historias en celuloide, historias que podamos llamar nuestras. “Todo mundo subsidia al cine, menos los exhibidores y quién tendría que hacerlo”, dice el experimentado actor Damián Alcázar.
El domingo 24 de enero Kenya Márquez inició, junto a Damián Alcázar y Ana Ofelia Murguía, la filmación de lo que considera ya una gran aventura, su primer largometraje. Fecha de Caducidad esperó por más de diez años para ver hecha realidad una historia que ella considera primordialmente de amor.
Márquez filmará con su elenco actoral y equipo de grabación a manera de socios. Todos percibirán sólo el 10 por ciento de su salario durante el rodaje, a la espera de concretar más apoyos oficiales para que después todos puedan cobrar su pago completo. Ante este escenario se le pregunta a la directora sobre el dispendio que se ve en proyectos artísticos para celebrar el Bicentenario, ¿le parecen adecuados?
“Yo creo que en relación al cine, los apoyos sí han sido muy determinantes para películas que están tocando el tema de los centenarios. Los que han obtenido este apoyo —en cine específicamente— tienen una trayectoria y pueden garantizar una buena película. Aunque de que va ha haber fugas, las habrá. Algunos estados de la república se encontrarán en un camino desconocido, y sus presupuestos no se van a optimizar, pero así es en México. Por eso estamos un poco como estamos, y los mexicanos ya estamos hartos”, replica Kenya Márquez.
“Yo tengo otra versión del asunto”, ataja el actor Damián Alcázar, “a mí me parece que el apoyo al cine debería ser siempre. Esto del Bicentenario me parece una ocurrencia de la gente en la cúpula del gobierno, un dispendio en todos los sentidos. Ahorita es esto, al rato otra cosa y entonces hay que estar esperando a ver a qué hora sueltan algo de dinero para la cultura”, apunta sonriente Alcázar.

¿Cómo está México con respecto a otros países en el apoyo a la industria cinematográfica?
“Está tremendo. Venezuela, Costa Rica y Argentina tienen una ley cinematográfica cien veces mejor que la nuestra. En España las televisoras están obligadas a meterle dinero al cine. Tanto Canal Plus, como Televisión Española, tienen que hacer al menos una película al año. Y es triste que en México con emporios como Televisa y Tv Azteca, no se les obligue a apoyar al cine. No sólo crear el Artículo 226 que es nada más un malvavisco para tenernos contentos. Tampoco es posible que el exhibidor se quede con el 65 por ciento de las ganancias. Creo que en este país se tiene que ir más allá del 226, si queremos realmente que el cine sea una industria. El cine es una herramienta para promocionar tu propio estado y no tiene una vida de un año, sino de muchos años”, explica Kenya.

¿El apoyo de la Universidad de Guadalajara ha sido decisivo?
Yo soy universitaria también. Tener a la Universidad de Guadalajara dentro del proyecto me es muy grato. Me parece que lo que sucedía es que los apoyos se iban a películas que no eran de cineastas tapatíos. Y ahora con los apoyos a Beto Gómez o a mí, que somos de formación universitaria, se crea un compromiso con Jalisco. Como maestra, creo que estaría increíble que se creara un programa de óperas primas, como en el CUEC. Porque, ¿qué te da más oficio que hacer una película? Yo estoy muy contenta porque la mitad del crew son mis alumnos.

Y para ti Damián, ¿cómo es trabajar con universitarios?
De las treinta y tantas películas que tengo, por lo menos 12 son óperas primas. Y estoy muy contento de hacer la de mi amiga Kenya. Con respecto a la Universidad de Guadalajara, estar en la ciudad donde pasé mi niñez es un gusto enorme, como lo es ver que se está abriendo camino para el cine. Me encantaría que todo el equipo fuera tapatío.

¿Qué piensan de las críticas a la Universidad por dedicarse a labores culturales?
“A veces la gente piensa que la cultura es entretenimiento nada más. Y no es así. Creo que sin la Feria Internacional del Libro y el Festival Internacional de Cine, el Estado no tendría el desarrollo que está teniendo. El ejemplo es Monterrey, que copió este modelo y ha superado lo hecho en Jalisco porque le ha apostado a un proyecto cultural, que es educación a la larga provoca una mejor economía”, responde Márquez.

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