domingo, diciembre 7, 2025
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Kev Lambert: una escritora que encuentra magia en el acto de crear

Además de presentar su novela Que nuestra alegría perdure gira en torno a Céline anunció que esta obra será adaptada al teatro próximamente en Montreal

En su primera visita a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la escritora canadiense Kev Lambert se muestra genuinamente sorprendida. No solo por la magnitud del evento, sino por la forma en que la literatura, los países invitados y el público se encuentran en un mismo espacio para celebrar las palabras. Aunque ha participado en festivales literarios en su país, admite que ninguno se acerca a la escala de la FIL: “Nunca había estado en un lugar con tantos libros, tantos stands y la representación de tantos países. Es realmente impresionante”.

Lambert no oculta la emoción que le provoca descubrir la literatura latinoamericana desde un contacto directo. Durante su estancia ha recibido recomendaciones de lectores, autores y profesionales del libro, algo que valora muchísimo porque según explica ninguna búsqueda en internet se compara con que alguien ponga un libro en tus manos y te diga por qué ha sido tan importante.

Cuando se le pregunta sobre las dificultades de ser escritora en la actualidad, Lambert responde con una sinceridad contundente: el mayor desafío es permanecer fiel al arte. En un mundo saturado de tendencias, presiones externas y expectativas del mercado editorial, ella recalca la importancia de no escribir lo que se supone que una escritora “debe” escribir.

Para Lambert, la escritura auténtica exige bloquear ese ruido y escuchar únicamente la intuición y el propio proceso creativo: “El artista debe despegarse de las expectativas y seguir su propio camino. Si tratamos de complacer a todos, nos alejamos de lo que realmente queremos decir”.

Pero si lo difícil es mantenerse firme, lo maravilloso radica en los descubrimientos que surgen cuando se trabaja de verdad. Lambert describe el proceso creativo como “meter las manos en el lodo”: un trabajo que ensucia, que exige inmersión total, pero que a cambio revela hallazgos inesperados. Para ella, investigar, explorar un lenguaje nuevo o profundizar en un personaje es una forma de magia: cada paso en el proceso la sorprende y la transforma.

Sobre los bloqueos creativos, Lambert rechaza la idea de que sean algo real. Explica que lo que llamamos bloqueo es más bien “la voz de la serpiente”,para describir esa vocecita que repite que no somos capaces, que no tenemos ideas, que el trabajo no va a salir bien.

Su consejo es simple y poderoso: reconocer que esa voz existe, aceptarla y luego ignorarla. “Hay que ponerse a trabajar. Las ideas no llegan antes del trabajo. Llegan durante el trabajo”.

La inspiración, en su caso, suele nacer de injusticias sociales, desigualdades o luchas colectivas que la interpelan. Escribir para ella es una forma de pensar el mundo y de darle forma a través de historias.

Al hablar de lecturas, confiesa que su género favorito es la novela. Le conmueve especialmente la capacidad del género para representar el paso del tiempo, un recurso literario que considera profundamente emocionante. Recuerda ejemplos de Virginia Woolf o de Proust para explicar cómo algunas novelas logran hacer sentir al lector que ha vivido una vida entera con los personajes.

Su novela Que nuestra alegría perdure gira en torno a Céline, una arquitecta de renombre internacional que ha trabajado en distintas partes del mundo y que por fin logra la oportunidad de construir un edificio emblemático en Montreal, su ciudad natal. Sin embargo, el proyecto se ve envuelto en una fuerte oposición social: la población acusa a la multinacional que financia la obra de contribuir a la gentrificación y al desplazamiento de habitantes.

Lambert utiliza esta trama para explorar conflictos contemporáneos, pero, sobre todo, para profundizar en la vida interior de su protagonista. Ella misma explica que primero presenta a Céline desde su “yo social”: la fachada que cualquiera podría percibir al conocerla. Después, la novela se hunde en su complejidad emocional, en sus contradicciones, miedos y motivaciones. Esa exploración es, para Lambert, la esencia del trabajo narrativo.

Si tuviera que resumir el libro en una frase, diría que es “una exploración de la complejidad de nuestros edificios internos para hacer que nuestra alegría perdure”.

La novela será adaptada al teatro próximamente en Montreal, un proceso en el que Lambert participa solo como acompañante, confiando plenamente en la libertad creativa del equipo. Además, trabaja en un nuevo libro que se publicará el próximo año, inspirado en una obra de la escultora Louise Bourgeois.

Kev Lambert se va de Guadalajara enriquecida, fascinada y con el firme deseo de regresar. Su visita deja claro algo: para ella, la literatura es exploración, intuición, trabajo profundo y, sobre todo, descubrimiento.

Este contenido es resultado del Programa Corresponsal Gaceta UdeG que tiene como objetivo potenciar la cobertura de las actividades de la Red Universitaria, con la participación del alumnado de esta Casa de Estudio como principal promotor de La gaceta de la Universidad de Guadalajara.

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