miércoles, diciembre 3, 2025
miércoles 3, diciembre, 2025

Julieta Fierro, una estrella siempre presente en la FIL

Como parte del programa FIL Ciencia 2025, divulgadoras y escritoras recordaron el legado científico que contagió la gran astrónoma
 
Fotografía: Adriana González

Su sonrisa de Luna creciente era inconfundible dondequiera, y su cariño por la ciencia y en especial por la astronomía era contagioso, esparciéndose en cualquier lugar donde se detuviera a hablar, para después dejar una estela de curiosidad por los que ocurría en la inmensidad del cosmos.

Entre recuerdos, anécdotas y cartas, la memoria de la divulgadora y astrónoma Julieta Fierro regresó a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), en el homenaje “Julieta Fierro: una estrella para siempre”, en un Auditorio Juan Rulfo de Expo Guadalajara prácticamente lleno.

Quienes la conocieron la describían como una mujer universal, luminosa, inteligente, estelar, talentosa, como una persona interesante, espontánea, risueña, romántica, sabia, soñadora, y con adjetivos tan infinitos como el universo. 

Para la investigadora y divulgadora Julia Tagüeña, el trabajo que hizo la astrónoma la convirtió en una pionera en la comunicación de la ciencia en una época en que el ámbito científico no estaba tan abierto para las mujeres, además de que en México fue de las precursoras en colocar a la ciencia al alcance de todas y todos.

Recordó que la astrónoma fue una de las elegidas para la creación del Museo Universum de la UNAM, una de las iniciativas que más impulsó en vida junto a la publicación de la revista ¿Cómo ves?, además de haber sido una promotora de los premios que reconocían a la divulgación de la ciencia.

“Creo que sí perteneció a una generación en muchos sentidos pionera, que rompió muchas reglas en nuestro país y en el mundo. En ese sentido Julieta siempre muy promotora de la libertad de las mujeres, por supuesto que era feminista”, enfatizó.

El legado de la astrofísica trascendió esa ciencia y se apoyó en otras disciplinas como la literatura, cuyo valor le valió ser reconocida como una integrante más de la Academia Mexicana de la Lengua, rememoró la escritora Sara Poot Herrera.

“Una sonrisa de Luna creciente se acerca enmarcada por dos tuuches, que en maya son hoyuelos, que traviesos se acercan también. En cada tuuch viene una estrella; esa luna y las estrellas vistas desde la Tierra se abren como soles vistos desde el equinoccio de primavera y convierten la luna menguante de una esplendorosa luna creciente. Nadie más podía ser que la extraordinaria Julieta Fierro”, resaltó.

La escritora recordó que a la astrónoma le gustaba bailar y vestía con autenticidad huipiles que forman parte de la identidad que mostraba ante miles de personas que la seguían en la búsqueda por alimentar la curiosidad por el universo.

Por su parte, María Emilia Beyer, divulgadora y directora del Museo Universum, mencionó que la astrónoma fue parte de la influencia en su vocación por la divulgación, convirtiéndose en una mentora en el camino de comunicar la ciencia a todas las personas.

“Julieta fue una gran y generosa maestra, no era una maestra de aula, era una maestra de vida, y dentro de esas enseñanzas de vida algo que a mí me enseñó es que uno no sólo comparte el conocimiento, sino que también debe ser generoso con todo”, aseveró.

En el homenaje, Beyer leyó una carta de los hijos de Julieta Fierro, quienes recordaron las enseñanzas de su madre y su pasión por compartir los misterios del Universo y agradecieron a la FIL por ser un espacio en el que la astrónoma se encontraba con miles de curiosos.

Aunque se apagó una estrella, su luz no desaparece, se queda en cada pregunta que nos hacemos, en cada estudiante al que acompañamos, en cada proyecto que emprendemos con alegría y con la certeza de que no hay como trabajar para avanzar. Esa es la herencia que ella nos ha dejado”, concluye la carta.

Post Views: 81