Martes 15 de Abril de 2025

Martes 11 de Noviembre de 2025

Sembrar curiosidad para cosechar conocimiento

Desde el Laboratorio de Farmacología del CUTonalá, un profesor se convierte en mentor de nuevas generaciones que quieren adentrarse al mundo de la investigación, como es el caso de Dayana García, que está estudiando el Párkinson juvenil

Adentrarse en la investigación desde la etapa estudiantil impulsa el aprendizaje académico, además de transformar la forma en que los estudiantes piensan, sienten y comprenden el mundo. Así lo expresa Rolando Castañeda Arellano, investigador del Laboratorio de Farmacología del Centro Universitario de Tonalá, señalando que “la investigación es una forma de pensar”. En las Neurociencias, añade, el conocimiento avanza de manera apresurada, lo que hoy se conoce podría quedar obsoleto mañana. Por eso, investigar significa preparación para el futuro, aprender a formular preguntas, enfrentar lo desconocido y contribuir al crecimiento del conocimiento científico.

Castañeda Arellano insiste en que los beneficios de investigar son profundos y trascienden más allá de lo académico. En lo intelectual, los estudiantes aprenden a conectar conocimientos: bioquímica, fisiología, estadística; y usarlos como herramientas para resolver problemas. En lo personal, la investigación forja resiliencia, paciencia y humildad: los fracasos en el laboratorio se convierten en aprendizajes valiosos. Además, el proceso estimula creatividad y autonomía, cualidades esenciales en cualquier profesión.

Pese a todo, los jóvenes enfrentan obstáculos al iniciarse en este camino: inseguridad, falta de experiencia o el miedo a equivocarse. Para el investigador, la clave está en comenzar con proyectos manejables y recordar que “la investigación se prende investigando”. Otra recomendación que nos da, es acercarse a profesores, participar en programas de iniciación científica y normalizar el error como parte del proceso.

Para incentivar la participación estudiantil, el doctor Castañeda propone incluir la investigación desde los primeros años de la carrera, a través de pequeñas revisiones bibliográficas o ferias donde los alumnos presenten sus ideas. Además, destaca que el docente juega un papel muy importante como mentor, no solo como supervisor. Su misión es inspirar, guiar y crear espacios donde los estudiantes se sientan libres de preguntar y explorar. “La confianza es el nutriente principal para que un joven investigador florezca”, concluye.

Investigación sobre el Párkinson juvenil

Entre los estudiantes que se han motivado a investigar bajo la tutoría de Castañeda Arellano se encuentra Dayana Carolina García Aranda, una alumna que desarrolla un proyecto sobre el Párkinson juvenil, un tema que surgió de una experiencia personal. Dayana nos relata que su principal inspiración fue su tío Arturo, diagnosticado con esta enfermedad a temprana edad. “Despertó en mí la curiosidad por saber más sobre su proceso y evolución”, comenta.

Inicialmente, su interés se centró en estudiar los efectos secundarios de los fármacos utilizados para tratar esta patología, como la levodopa, notando que muchos de esos efectos no están bien documentados. Sin embargo, con el avance de su investigación y el acompañamiento de su asesor, su proyecto tomó una nueva dirección: analizar los genes mutados en pacientes con Párkinson juvenil, especialmente aquellos de tipo ex novo, poco reportados en la literatura científica.

Carolina reconoce que el apoyo del doctor Castañeda ha sido esencial. “Más que un asesor, ha sido un gran amigo y guía”, afirma, destacando que su acompañamiento le ha permitido profundizar tanto en el conocimiento científico como en el valor humano de la investigación.

Uno de los mayores retos que enfrentó fue equilibrar su formación académica con el trabajo experimental, especialmente al coordinar horarios de prácticas y toma de muestras. A pesar de ello, logró avanzar y presentar su proyecto en el Congreso Internacional de Avances Médicos (CIAM), experiencia que considera un hito en su desarrollo profesional. “Me hizo superar mis miedos y demostrarme que con esfuerzo y dedicación puedo lograr grandes cosas”, expresa con orgullo.

Para ella, la investigación no solo representa una oportunidad de crecimiento personal, sino también una responsabilidad con el futuro de la medicina. Por eso, invita a otros jóvenes a involucrarse en este camino: “No solo por lo que pueden aportar al conocimiento, sino por todo lo que aprenden y experimentan al hacerlo”.

La investigación universitaria no debe verse como un privilegio reservado para unos pocos, sino como una experiencia formativa que potencia el pensamiento crítico, la creatividad y la pasión por descubrir. Historias como la de Dayana Carolina, muestran que cuando la curiosidad se une con la guía de un mentor comprometido, la ciencia deja de ser una materia y se convierte en una forma de vida.

Este contenido es resultado del Programa Corresponsal Gaceta UdeG que tiene como objetivo potenciar la cobertura de las actividades de la Red Universitaria, con la participación del alumnado de esta Casa de Estudio como principal promotor de La gaceta de la Universidad de Guadalajara.

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