
Charros
Este libro surgió a partir de mi tesis de maestría en Etnomusicología. Sin embargo, la tesis y el libro no son lo mismo; cada uno tiene su propio camino. La tesis estaba enfocada en resolver una hipótesis específica, pero, paralelamente, encontré información que me servía, porque ya desde hacía tiempo tenía el deseo de escribir un libro relacionado con la música mexicana. Es una historia, una crónica de cómo llega la música electrónica a México a partir de los años veinte, con el trabajo con el ruido que ya experimentaban algunos artistas y su incorporación en composiciones. En esa época no había tecnología en México para crear música electrónica como tal, pero ya se veía como algo moderno. Fue en los años cincuenta cuando algunos músicos mexicanos que estudiaban en Europa y Estados Unidos comenzaron a acercarse a estas tecnologías y a realizar los primeros experimentos en México. Ya en los años setenta, con la comercialización de los sintetizadores, la historia de la música electrónica en México empieza a tomar su propio rumbo, porque ya existía la posibilidad de acceder a aparatos musicales que funcionaban con electricidad.
Academia
Soy profesor en el Departamento de Mercadotecnia y Negocios y, al final de cuentas, también la música puede verse como un negocio. Por eso, en los últimos años he orientado mis investigaciones hacia aspectos de la industria musical, ya sea desde el punto de vista de los festivales, el coleccionismo de discos o los sellos discográficos. Muchas de mis publicaciones se han enfocado en estos temas.
Escritura
Siempre he tenido revistas, publicaciones y, aparte de la música, me gusta mucho todo lo que hay alrededor de ella: la crítica, las crónicas. Así que también tengo libros. De alguna u otra manera, escribía de forma más informal en algunas revistas de música, en un blog, acerca de bandas y géneros. También redactaba textos académicos, hasta que decidí hacerlo de manera más formal y sobre algo que es mi pasión personal.
Proyecto
Estoy terminando un artículo sobre la cumbia y si la cumbia es el nuevo punk. Estoy haciendo un análisis cronológico del gusto: primero, por los ritmos tropicales en México y luego cómo se fueron desplazando, comenzando con los cubanos como el chachachá y el mambo. Lentamente, la cumbia fue creciendo. Realmente, los ritmos cubanos aún se escuchan, pero ya no tienen la popularidad que tuvieron hace cincuenta años. La cumbia ha estado en todos lados, y me interesa saber si ese gusto fue adquirido por la gente o si fue impulsado por las marcas.
Música
La casa siempre ha sido musical: mi papá, que de joven tuvo un grupo; varios de mis tíos también se dedicaron a la música, y un primo hermano mayor que yo, igual. La misma familia te va influenciando. Toqué en algunas bandas, pero nunca me profesionalicé porque ese mundo no es del todo de mi agrado; es muy demandante. Lo hacía más bien por puro amor a la música.
Actualidad
A finales de los años noventa, hubo una crisis en la industria musical, cuando surgió el CD y comenzaron a venderse copias piratas. Las ventas de los grandes sellos bajaron, hasta que encontraron otra forma de consumo y de volver a generar ingresos: primero con las descargas legales y luego con las plataformas. Las grandes disqueras que sobrevivieron lograron hallar una nueva fórmula para generar dinero. Desde el punto de vista de la música surgida en México este es un buen momento. También hay una crisis, sí, por el cuestionamiento de las letras, lo que ha obligado a algunos cantantes a modificarlas. Yo no estoy muy a favor de la censura, pero creo que debe haber un debate más interesante al respecto. Aun así, desde la perspectiva de la música mexicana proyectándose al exterior, es un momento favorable.
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