Una dosis de esperanza

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“La tasa de nacimientos prematuros es un indicador de las condiciones de salud de una población, y se relaciona con el nivel socioeconómico, la salud materna, el acceso oportuno a los servicios de salud adecuados, la calidad en la atención y las políticas públicas en esta materia. Además, es un reflejo claro de las circunstancias de vida, el estatus social y la importancia que para el Estado tiene la salud de sus ciudadanos”.
Son las conclusiones de una investigación por parte de la Federación Mexicana de Ginecología y Obstetricia, que permiten ubicar a cada entidad en un contexto real.
En Jalisco, el Nuevo Hospital Civil “Doctor Juan I. Menchaca”, atiende en promedio mil 500 partos prematuros por año, con consecuencias lamentables. “En muchos casos se pierde al bebé y, en otros, cuando sobrevive, reporta discapacidades neurológicas: trastornos del lenguaje y aprendizaje, alteraciones visuales y auditivas, retraso mental y parálisis cerebral”, señaló la doctora María del Carmen Romo, jefa del servicio de Oftalmología y Banco de Ojos del nosocomio, quien reveló que tras una investigación, se encontró que la vitamina C juega un papel preponderante para evitar partos prematuros.
“Esta vitamina es el precursor para formar estructuras tan importantes como el ojo, la piel, el hueso, las arterias, las venas, etcétera, que tienen colágeno. Durante el embarazo las membranas amnióticas que detienen al bebé son formadas por colágenas y el no tener una buena cantidad, o colágenas de calidad suficiente, pueden predisponer al parto prematuro”.
Lo lamentable, dijo, es que la mayoría de la gente lo desconoce y de ahí que la atención no sea la adecuada durante la gestación. Incluso, mencionó que cuando las mujeres están sometidas a estrés, ya sea que lleven un embarazo no deseado o son diabéticas, padecen hipertensión o preeclampsia, se requiere hasta el doble de vitamina C que actúa como antioxidante, y el hecho de que la gente lo ignore es factor para provocar que se adelanten los alumbramientos. Sobre todo al tratarse de madres fumadoras o que sufren infecciones urinarias, cervicovaginales, odontológicas, a nivel de tipo pulmonar, o de cualquier otra clase, ya que las infecciones generan sustancias que pueden desencadenar partos anticipados.
La dosis de vitamina C que normalmente se aconseja es 20 miligramos por kilogramo de peso, “entonces podríamos decir que una dosis más usual en fines prácticos es de aproximadamente un gramo por diez, ya sea diluida o masticable, independientemente de la ingesta de alimentos como pepino y jícama, y otras frutas y vegetales que se aconseja consumirlas con limón”.
De su investigación, que por cierto fue enviada a concurso para el proyecto de Iniciativa México, dijo que está totalmente respaldada por estudios tanto académicos como científicos y cuenta con bases para demostrarlo.
En este caso, explicó que la exploración se realizó con mujeres embarazadas y se demostró que cuando hubo carencia en la ingesta de vitamina C, las mamás tuvieron ruptura de membranas.
“Si ayudamos a que las embarazadas sean conscientes de la importancia de la ingesta de la vitamina C, se logrará que nazcan menos bebés prematuros y se evitarán otras complicaciones”.

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