Una competencia de espacio

884
IMG_0071.JPG

El problema humano-cocodrilo generalmente es enfocado a partir de los ataques del reptil hacia el ser humano. No obstante, son más frecuentes las agresiones por parte de las personas hacia esta especie.
Por ejemplo, Tic Toc, un cocodrilo macho de más de tres metros, fue atacado con cuatro balazos —uno cerca de su cerebro, que le impedía moverse hacia el lado derecho— y murió después de seis meses. Un cocodrilo hembra fue capturado con una trampa que mutiló su extremidad izquierda.

Estos son dos de los 15 casos de agresiones hacia este animal que en promedio se registran al año en Puerto Vallarta, en comparación con alrededor de dos ataques del reptil hacia humanos, comentó Helios Hernández Hurtado, investigador del Centro Universitario de la Costa (CUCosta) y quien encabeza el reptilario Cipactli.

“A Tic Toc y a otros ocho cocodrilos de igual tamaño los han matado a balazos, machetazos, han sido decapitados, cortados de la cola o patas con motosierras. Hemos encontrado nidos donde todos los críos, unos 35, recién eclosionados, estaban pisados”, mencionó el especialista, quien consideró que los ataques del animal hacia un humano han sido porque las personas se han metido a su hábitat.

“Los sucesos han sido desafortunados y lamentablemente fatales, porque las personas se meten al agua o están tratando de agarrar a un cocodrilo, quieren lazarlo o están jugando. La gente se atreve a sacarlos de sus áreas naturales con alimento, por lo que se presta a que las personas sean atacadas”.

El pasado 17 de mayo, en Lázaro Cárdenas, Michoacán, un menor de siete años que jugaba cerca de una zona pantanosa fue arrastrado por un cocodrilo. Y en otras ocasiones “se ha culpado a los cocodrilos hasta de desapariciones de personas”, indicó Hernández Hurtado.

Regiones turísticas como Puerto Vallarta, Manzanillo o Mazatlán han resguardado poblaciones importantes de cocodrilos, pero por el crecimiento de las ciudades “se han ido rellenando zonas donde estaban presentes estos animales. Decimos que hay cocodrilos en la ciudad cuando el desarrollo urbano y turístico invadió el hábitat. A veces decidimos poner una casa con alta plusvalía a lado del río o del estero con rampa para bajar una lancha acuática, pero la hembra cocodrilo, como lo ha hecho hace millones de años, busca un sitio alto para poner su nido y que no se inunde. Es una competencia por espacio”.

El investigador añadió que en Puerto Vallarta no hay más de 250 cocodrilos, de los cuales 40 son adultos, y en toda la costa de Jalisco, desde Puerto Vallarta hasta Barra de Navidad, no llegan a los mil ejemplares.

Mencionó que el Crocodylus acutus, también conocido como caimán, es una especie de amplia distribución que se encuentra en el Atlántico, desde Florida hasta Venezuela, Cuba, Jamaica, Santo Domingo y Haití, y en la vertiente del Pacífico, desde Sinaloa, México, hasta Perú.

En la NOM-059-ECOL-2004 está considerado como especie sujeta a protección especial, lo cual “quiere decir que las poblaciones están estables, pero si hacemos un uso indiscriminado de él, nos las podemos acabar y puede pasar inmediatamente a peligro de extinción”.

El reptilario Cipactli del CUCosta celebrará durante junio su 15 aniversario, tiempo en el que se ha consolidado como un espacio para la protección de reptiles, zorras, mapaches, pelícanos, halcones, especies enviadas por autoridades municipales y federales para su cuidado médico. A su vez, el centro realiza investigación sobre temas de ecología.

Para conmemorar un año más de labores, realizarán una serie de charlas y conferencias magistrales sobre distintos temas, como el problema humano–cocodrilo.

“Es necesario informar a la gente y que todos los mitos que existen en torno a este organismo no sigan existiendo. Para el ecosistema son fundamentales los cocodrilos. Si existen quiere decir que los ecosistemas son ecológicamente sanos, porque es un depredador tope. Esto significa que debajo de él existe toda la fauna para que esté presente en estos sitios”.

Las actividades tendrán lugar los días 4 y 5 de junio, en el auditorio del CUCosta. La entrada es libre. El programa está disponible en www.cuc.udg.mx

Artículo anteriorDiseño Industrial con impacto social
Artículo siguienteVotos contextualizados