Un espejo de ilusiones

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La celebración 2011 de la tercera justa deportiva más importante en el ámbito internacional ha transformado nuestra ciudad, la sede que alberga el mayor número de actividades. Debo decir que mi ánimo con respecto a los juegos es muy semejante a lo que sentía el señor Ebenezer Scrooge, el legendario personaje de Dickens, con respecto a la navidad. Todo lo relacionado con el tema me irrita, por las consecuencias que ha tenido para quienes tenemos la suerte de habitar en el espacio metropolitano de Guadalajara.
Los jaliscienses hemos sido testigos involuntarios del cambio desequilibrado producido en el espacio urbano, que deja la sensación de ser solo una transformación cosmética, porque valga la analogía, pareciera que se ha restaurado y pintado la fachada de la casa donde vivimos, pero el interior continúa con carencias elementales.
Las autoridades municipales y estatales han sabido montar un espejo de ilusiones que dista mucho de reflejar la realidad. Ejemplo de ello es el pavimento con cemento hidráulico en algunas de las vialidades más importantes de Guadalajara, la iluminación del centro histórico, la rehabilitación de parques, camellones y jardines y una seguridad que es tan solo temporal, gracias a la presencia de los militares y cuerpos policiacos federales en las calles más transitadas.
Sin dejar de reconocer que todo lo anterior embellece la ciudad, me asalta la duda sobre la durabilidad de la inversión y por lo tanto, el costo-beneficio para la ciudadanía. Un botón de muestra es la repavimentación con asfalto de la avenida Hidalgo, que requirió 4.5 millones de pesos para su reparación y que tras pocos días de haberse abierto a la circulación, se deslavó a causa de las lluvias, dejándola destrozada e intransitable.
Lo que ha caracterizado a la justa deportiva es la desorganización, la pésima planeación y la ausencia de estrategias y ello ha entorpecido su desarrollo pero, sobre todo, la vida de quienes tenemos nuestra residencia cerca de los estadios y centros deportivos o de los lugares donde se celebran actividades complementarias.
La verdadera historia en torno a los XVI Juegos Panamericanos empezó con la construcción de las sedes deportivas, algunas de éstas concluidas en su totalidad apenas unas horas antes de la inauguración, y otras que terminarán después de finalizadas las competencias.
Sedes dispersas en la zona metropolitana han dificultado la movilidad y entorpecido la vialidad, sin previsión alguna y lo que es peor, sin información para la ciudadanía y los visitantes.
La falta de difusión de rutas alternas y el cambio imprevisto de algunas rutas de transporte urbano o del llamado “panamericano”, junto a la nula información en señalética (según lo ha dicho la prensa local), han dificultado la transportación de los atletas provenientes de los 42 países invitados, mismos que han expresado a los distintos medios los contratiempos experimentados. Ni qué decir de las molestias sufridas por quienes vivimos cotidianamente en la ciudad.
La falta de información eficiente resulta una burla. La población en general no encuentra referencia sobre los eventos que se realizarán y cómo acudir a éstos. Parece que las noticias se deben trasmitir en forma oral o a través de la prensa y los medios de comunicación. Aún más, hay una guerra de declaraciones en los medios para explicar por qué están vacios los estadios y por qué no están disponibles los boletos para acudir a los eventos.
Por si todo lo anterior fuera poco, debo decir que es indignante saber de las irregularidades en cuanto a la inversión e infraestructura y nómina misma, la que ha rebasado con mucho el primer presupuesto presentado.
Lo lamentable es que la mala administración financiera de los juegos afectó directamente a los proyectos de otros municipios “no panamericanos”, entre otros asuntos pendientes. ¿No será que la autoridad gubernamental invirtió una vez más los fondos públicos en negocios particulares, esta vez de Vázquez Raña?
Termino preguntando: ¿Era más importante atender los XVI Juegos Panamericanos, que la devastación provocada por Jova en muchos municipios de Jalisco? Por desgracia hasta ahora la respuesta parece ser afirmativa.

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