Sembrar ideas

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RECORRIDO EN CULAGOS

A partir de los hechos criminales que se han incrementado en Lagos de Moreno desde el año pasado, es que en cooperación con las autoridades municipales, el Centro Universitario de los Lagos (CULagos), lleva a cabo la implementación de talleres que prevengan y atiendan la violencia, desde el ámbito general y familiar. Así lo hizo saber María del Carmen Quevedo Marín, Coordinadora de las  carreras de psicología y humanidades de ese campus.

Con ello, “se empezó a hacer un contacto con la comunidad para que ellos mismos  se expresaran sobre cómo les repercutía” en un entorno delictivo. Y así, las primeras colonias “intervenidas” con este proyecto por ser “de las más afectadas” es Cañada de Ricos y San Miguel.

Ahí, expresó Quevedo Marín, se ha encontrado que “la violencia se ha ido normalizando en las conductas y en el comportamiento, hasta llegar a actos que no se consideran ya violentos por considerarlos como parte de la cotidianidad”, y que como ejemplo se pudo observar en una escuela en que los niños “jugaban” a colgar a uno de su compañeros, aún cuando nadie saliera lastimado.

Señala que a pesar de que estrictamente no sea algo violento, sí evidencia una respuesta emotiva a través de la agresión, que puede ser condicionada por lo que los menores ven y escuchan en la televisión, además de la violencia intrafamiliar y de la calle. Por tal motivo se iniciaron los talleres que hablan sobre autoestima, manejo de conflictos y paz.

Quevedo Marín afirmó que la “identidad que los jóvenes se forman se da en relación a la fuerza que puedan ejercer sobre el otro para poder sobrevivir”, esto en términos puramente psicológicos”, pero advirtió que en este caso, la imagen de quien tiene ese poder, no es la adecuada, ya que es en su mayoría la de los que pertenecen “a las pandillas”, a los que se les otorga “respeto” por los habitantes de las colonias y en ciertos casos, de las propias autoridades, debido al temor de represalias, y de lo que los menores se forman “modelos idealizados” para a su vez no ser “vulnerados o agredidos”, al punto de haber algunos que hablan de querer ser narcos para tener poder, agregó la universitaria.

CULagos actúa en el proyecto aportando recursos humanos con estudiantes que realizan servicio social o prácticas profesionales, con el perfil de psicología o humanidades, mientras que el ayuntamiento de la entidad provee los recursos materiales para apoyar a los involucrados.

Los talleres consisten en localizar las necesidades de los participantes, que se dividen en niños adolescentes y adultos, para crear grupos focales o de discusión, mediante una metodología participativa. Esta es una primera etapa, ya que se da seguimiento a los casos, incluso con atención psicológica individual. Actualmente se cuenta con 14 talleristas, y se da orientación aproximadamente a 20 personas por grupo a quienes no se les cobra por el servicio.

La académica refiere que aspiran a hacer un cambio aunque sea modesto pero gradual, pues la intención sobre todo es “sembrar ideas para que la comunidad se las apropie y haga las transformaciones”, a partir de alternativas a la violencia.

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