Renacer para la muerte

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La muerte, esa pesada certeza que evadimos o negamos con ridículas imágenes que imponen a la juventud como único signo vital, también se transforma gracias a exaltadas creaciones artísticas. Fin y principio de lo conocido y lo imaginable, la muerte se convierte en el órgano medular de Memento Mori, una de las más recientes creaciones escénicas de Luna Morena en colaboración con la compañía teatral Tortue Noir, originaria de Quebec y formada por Dany Lefrançois y Sara Moisan.

Muerte: ¿desaparición, aniquilamiento, ruina, destrucción o complejo trance? Escrito en el siglo VIII y acercado a Occidente hasta 1927 gracias a su traducción al inglés, el Libro tibetano de los muertos es fiel a sus orígenes budistas, interpreta la muerte como un proceso transmigratorio de mentes y cuerpos, una separación de la expresión y la consciencia en el momento de la muerte, del sentido de la realidad y, finalmente, es también un renacimiento.

Para Luna Morena, una de las más sólidas y propositivas compañías escénicas en nuestra ciudad, este pensamiento se convierte en el impulso de un trabajo de investigación y colaboración con Tortue Noir para dar vida a Memento Mori, un espectáculo que se nutre de la filosofía tántrica como punto de partida para dar vida a una composición artística que se pregunta sobre la muerte.

Para Miguel Ángel González, director de Luna Morena, “este proyecto surge por una invitación expresa al director del grupo canadiense para encabezar un montaje con ellos, debido a la cercanía entre las narrativas de ambas agrupaciones y al interés de crear un híbrido estético y temático, así como para hacer un puente de intercambio en la esfera cultural. Memento Mori es una coproducción de ambas compañías y la primera fase de un proyecto de colaboración México-Quebec que culminará en 2017, cuando me tocará dirigir a Tortue Noir con un nuevo montaje inspirado en el tiempo”.

Como ocurre en otros trabajos de ambas compañías, la dramaturgia de esta pieza escénica se vale de la incorporación de objetos y elementos diversos que reciben el soplo vital de los actores: Karina Hurtado, Meztli Robles y Andrés David, para tejer una trama formada por una poética de la muerte culturalmente mestiza y abierta a la interpretación. Un elemento fundamental, además del trabajo corporal del elenco y de la manipulación y participación de objetos y títeres, es el sonido, otro importante protagonista.

Creada por Iván Puig, esta música original abraza la partitura estética de la obra, colaborando en la sensibilización de las imágenes que constituyen la narración. Todo este trabajo es el resultado de un laboratorio sensorial de improvisaciones que aportó la ruta coreográfica y dramatúrgica principal sobre la que fueron componiendo bajo la dirección de Lefrançois,  Moisan y Gutiérrez.

De acuerdo con Miguel Ángel Gutiérrez, “Memento Mori significa el principio de un proyecto denominado ‘Lazos’ que consiste en una serie de colaboraciones con artistas que vienen a sumar sus poéticas, visiones y lenguajes a la estética de Luna Morena, que se vale de objetos y títeres para la creación de universos oníricos capaces de construir un puente humano en los procesos de creación”.

Lo que sigue para Luna Morena es un proyecto que se estrenará en la segunda mitad de 2016, y que será creado junto al dramaturgo y director mexicano Alberto Villarreal gracias al apoyo del programa México en Escena.

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