Morir en “la carretera del amor”

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En promedio, un accidente automovilístico al día ocurre en la carretera que conecta las poblaciones de Arandas y Tepatitlán, a pesar de las modernizaciones realizadas en la misma a partir del año 2000.
Con esta información trabajó el doctor José de Jesús Hernández López, profesor investigador del Centro Universitario de los Altos, quien emprendió una investigación para identificar las principales causas de accidentes durante 2007 y 2008. “Se supone que cuando hay carreteras más amplias, más modernas, el número de accidentes debería disminuir, haber mayor prevención o promoción de una cultura vial más atenta, pero lo que ha sucedido es lo contrario: los accidentes han aumentado”.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud son cuatro los factores que influyen en los accidentes carreteros: el humano, el entorno, el camino y el vehículo. El primero de éstos es el más frecuente, ya que está presente en nueve de cada 10 casos.
Luego de aplicar su metodología, que incluyó cartografiar algunos tramos carreteros, encontró que el factor humano es el que ocasiona mayores accidentes, y el alcohol la causa más frecuentes en jóvenes de 20 a 30 años. Se agrega a esto que los automóviles que más se accidentaron tenían más de 10 años de antigí¼edad.
Lo anterior fue obtenido a partir de indagar en base de datos de las autoridades viales en los diferentes municipios de la zona, así como en las instituciones de salud regionales. Sin embargo, la información no fue la esperada, por lo que indagó en los diarios informativos de los Altos.
“Coincidimos con las estadísticas, pero en su lectura encontramos que hay un agente escondido en estas estadísticas, que es el Estado en sus políticas de construcción de redes carreteras”.
Para el investigador, el diseño de algunos tramos carreteros no es adecuado, ya que por la vocación ganadera y agrícola de esta región, cuenta con un número considerable de entronques, salidas y entradas a caminos secundarios que conectan con rancherías o pequeñas localidades.
Señaló que en algunos tramos carreteros hay entronques que no están debidamente señalizados y planeados, como en el tramo entre la cabecera municipal de Arandas y el crucero Arandas-Tepatitlán-Atotonilco, que tan sólo en 10 kilómetros cuenta con 66 ingresos a caminos rurales.
El consumo de alcohol, la falta de señalización y la mala ubicación de ésta, son agentes que sumados a un diseño inadecuado, se conjugan para hacer de esta vía, conocida como la “carretera del amor”, un foco de atención para las autoridades viales.

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