Medidas de corazón

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Al menos cuatro edificios públicos en Guadalajara cuentan con desfibriladores externos automáticos que permiten salvar a una persona de muerte súbita, producto de una anomalía cardiaca. Sin embargo, es necesario que todos los municipios cuenten con este aparato, para lograr que Jalisco sea un estado cardioprotegido.

“Nos falta mucho. Es un cambio de paradigma de creer que una persona que tiene un infarto ‘ya le tocaba’, sobre todo cuando México es el país con mayor número de personas obesas”, así lo dio a conocer Luis Espinoza Castillo, coordinador de la carrera de Técnico superior universitario en emergencias y desastres, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS).

Agregó que este tipo de aparatos pueden salvar hasta a 90 por ciento de las personas que sufren muerte súbita por enfermedades cardiovasculares, que es la primera causa de defunción en México y su tratamiento resulta prácticamente inexistente en el país.

En Jalisco, seis de cada 10 mil habitantes de 50 años o más sufren un infarto, y las enfermedades cardiovasculares han aumentado 50 por ciento en los últimos 12 años. De cada 10 personas que sufren infarto, tres mueren antes de llegar al hospital.

En Guadalajara, edificios como el Palacio de Gobierno, la Auditoría Superior del Estado, el Centro de Prevención de Accidentes, la Secretaría de Salud y el CUCS de la UdeG, así como algunos hoteles, cuentan con desfibriladores externos automáticos a la mano, que pueden ayudar a reanimar a una persona con síntomas de muerte súbita en unos pocos segundos y requieren poca capacitación por parte de las personas que quieran aprender a usarlo, incluidos los menores de edad, afirmó Espinoza Castillo.

La UdeG trabaja en la capacitación, junto con Protección Civil y Bomberos, Cruz Roja y Secretaría de Salud, con la finalidad de que Jalisco sea un estado cardioprotegido.

Subrayó que los centros universitarios de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), así como Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), también están en etapa de capacitación para manejar estos aparatos, y anunció que esperan comenzar en breve en el Centro Universitario del Norte (CUNorte), en Colotlán, donde la mortalidad cardiovascular es de las más altas en Jalisco.

Espinoza Castillo exhortó a contar con desfibriladores externos automáticos no sólo en los edificios públicos, escuelas, universidades y centros deportivos, sino también en el hogar. Su costo oscila entre los 25 a 30 mil pesos, según la marca y las características, pero cualquiera puede ayudar a salvar una vida.

Recomendó a la población no subestimar el desmayo de cualquier persona, pues puede ser síntoma de una anomalía cardiaca que derive en la muerte. Lo principal es identificar si dicha persona respira y tiene pulso cardiaco, de lo contrario se debe actuar de manera inmediata.

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