Mauricio Cedeño remodela el teatro María Teresa

La primera función hubiera tenido que realizarse este pasado 26 de marzo, pero se postergó debido a las medidas de seguridad para contener la propagación del Covid-19

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Foto: Iván Lara

A base de constancia, disciplina y trabajo, Mauricio Cedeño, quien es considerado una de las figuras más importantes del teatro tapatío, pudo cumplir sus más gratos sueños: dirigir una puesta en escena en Nueva York y ahora tener su propio teatro. El primero fue una realidad con la obra Paparazzi, y el segundo será una meta que alcanzará con la reapertura del Teatro María Teresa, cuyos últimos detalles está afinando.

La inauguración estaba contemplada para el pasado 20 de marzo y la primera función el 26 del mismo mes. Sin embargo, por precaución y las medida para contrarrestar la propagación del coronavirus, ésta se pospuso hasta nuevo aviso.

Para contarme sobre sus logros y su nuevo proyecto, el actor, director y productor me citó en las instalaciones del restaurado teatro María Teresa, recinto señorial de dos pisos, con fachada de piedra y puertas adornadas con techos abombados, y tres columnas enmarcadas. Sobre éstas, un restaurado letrero luce el nombre del teatro con letras doradas en un fondo verde oscuro.

Entrar al teatro María Teresa es introducirse en otro tiempo, cuando la gente iba vestida con postín a presenciar las puestas en escena. Sólo me aterriza en el presente el propio Mauricio Cedeño, el actor, productor y director que se empeñó en restaurar el antiguo recinto. Viste informalmente un pantalón negro, tipo mezclilla, y camiseta del mismo color. Calza tenis. Ese día ha trabajado en la restauración, codo a codo con su pareja, Lupita Ángel, y los carpinteros contratados.

De acuerdo con la empresaria, los recursos para restaurar el teatro son tanto propios como derivados de donaciones de familiares y amigos. Destaca la de Guillermo del Toro, gracias a la cual, según la propuesta del cineasta tapatío, en cada función se destinarán diez asientos gratis para las personas que viven en el barrio de la Capilla de Jesús, donde está instalado el teatro.

«Englobada también dentro del programa social Teatro con causa, los últimos lunes de cada mes vamos a dar una función entera para una causa social, ya sea para orfanatos, asilos, mujeres violentadas, etcétera, con una convocatoria para los grupos teatrales que quieran sumarse, para que el 100 por ciento de la taquilla se done», agrega Lupita Ángel.

La historia de amor entre Mauricio Cedeño Huerta y el teatro comienza desde que él era un niño, tenía tres o cuatro años y sus padres lo llevaban a ver puestas en escena.

Como actor inició entre 1976 y 1977, cuando pertenecía a los Boy Scout. En ese entonces participó en El libro de la selva, caracterizando al protagonista Mowgli, y desde entonces se encendió en él una chispa que ya no pudo apagar.

“Me gustó, y empecé a tener participaciones intermitentes con los niños de la cuadra o en la escuela, tanto en la primaria como la secundaria, y cuando me di cuenta ya estaba sumergido en este mundo. Subir a un escenario me causaba adrenalina, emoción, y era como un reto para vencer miedos”, relata.

Estudió en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) la carrera de actuación, de la cual egresó en 1988, y se involucró en la formación de compañías teatrales y representaciones en escena.

Su trabajo en comedia musical lo ha llevado a realizar más de 30 producciones. En 2006 estrenó Cyrano. El musical, producida por ARTESCENA y Animal Mundi, bajo la producción de Cultura UDG y Escena 3.

Dirigió, entre otros, el musical RENT, siendo éste la primera franquicia de Broadway en la ciudad de Guadalajara, y en Nueva York Paparazzi, con dos elencos: el tapatío y uno neoyorkino, durante la segunda quincena de febrero de 2019, en Off Off Broadway.

El actor tapatío y su pareja, la empresaria Lupita Ángel, emprendieron el proceso de remodelación de este histórico recinto. Foto: Iván Lara

¿De qué se dieron cuenta en Nueva York en cuanto a la calidad actoral de los tapatíos?

La diferencia que encontramos es que ellos son muy técnicos. Me di cuenta que en México nos hemos tenido que abrir paso en el mundo del teatro con mucho madrazo. El grupo de actores mexicanos que fue, hizo un extraordinario trabajo. Los norteamericanos se sorprendían y preguntaban: “¿cómo le hacen?”, porque ellos afirmaban que cuando los actores mexicanos actuaban había algo más. Se trataba del alma, del corazón, de la mucha pasión. Los actores de allá aman su trabajo, son muy buenos en lo que hacen, pero es su trabajo. Para nosotros es algo más que un trabajo.

¿Qué relación tiene su presencia en Nueva York con el teatro María Teresa?

Es una buena pregunta. Los dos proyectos tienen que ver en el sentido de los procesos creativos y los sueños. Mis máximos sueños en la vida eran tener un teatro y dirigir en Nueva York, entonces tener la posibilidad de tener los dos sueños en la mano es importante.

¿Por qué es importante el teatro María Teresa?

El teatro María Teresa es patrimonio cultural del estado y es el único espacio escénico de su tipo, de principios de siglo XX, que todavía sobrevive. Muchos fueron derrumbados o convertidos en estacionamientos u otro tipo de negocios. Tenemos información de que inició en 1912. Luego cerró, en algún momento, no sabemos cuándo, y volvió a abrir en 1929, y se convirtió en cine-teatro, y cerró de manera definitiva en 1938. En el teatro María Teresa se presentaban artistas locales, y algunos que venían de gira, pero muchos preferían tener funciones en los teatros Degollado o El Principal. Los dueños originales eran la señora María Teresa Ruiz de González y el señor Eusebio González, y se lo vendieron a Canuto del Castillo, quien fue carpintero de Pancho Villa. Debido a su lealtad, el Centauro del Norte lo recompensó. Castillo instaló una mueblería, en lo que era el teatro, y ahora los nietos nos rentan el espacio para que vuelva a su vocación original.

¿Cómo fue que se involucró en el proyecto de restauración del teatro?

En septiembre me llamó Ceci Valdez, madre de la actriz Vera Wilson, quien es amiga mía, y me contó que estaban rentando un teatro. Me preguntó que si no lo quería ver. No tenía butacas y necesitaba arreglos. Platiqué mi inquietud de restaurarlo con Lupita, quien es empresaria, y entre los dos decidimos emprender la aventura de recuperar el Teatro María Teresa.

¿Qué áreas del teatro recuperan?

Los camerinos con el área de los palcos, que se ha convertido en luneta, un par de lobbies con las escaleras, que son originales. El aforo del teatro es de 120 personas.

¿Por qué es necesario un nuevo teatro en Guadalajara?

La ciudad y la comunidad están necesitada de espacios independientes. Los de Secretaría de Cultura, por ejemplo, son muy dignos y bien equipados, pero los trámites por los que uno tiene que pasar como teatrero para poder llegar a una temporada son grandes, después de la función para obtener el dinero de la taquilla pasan semanas, y los artistas no pueden recibir su sueldo de inmediato. Un espacio independiente tiene la posibilidad de no ser así.

¿Se puede vivir del teatro?

Lupita Ángel: Sí. Es difícil y como todo hay altas, buenas y malas, pero sí se puede. Es cuestión de trabajar para atraer a la gente. Nosotros estamos empezando con una propuesta de al menos cobrar doscientos o doscientos cincuenta pesos el boleto, porque su trabajo y el lugar los vale. Es dignificar la profesión del artista y el trabajo que hay detrás de una puesta en escena. Lupita Ángel.

 

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