Madrid en nuestros teatros

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GDL71031042. Dentro de las actividades de las Fiestas de Octubre se presentó "La Verbena de la Paloma" con la presentación de la soprano del Teatro de la Zarzuela de Madrid, Mar Abascal y el coro y Orquesta Sinfónica Juvenil de Zapopan, dirigida por Francisco Orozco, en el Teatro Degollado de la Ciudad de Guadalajara en Jalisco. NOTIMEX/FOTO/LUIS MORENO/FRE/ACE/

Las garbosas figuras de las manolas vestidas de lunares, altas peinetas y mantones de Manila, ocupan el lugar central en la estampa madrileña cantada en la zarzuela. Sin embargo, este género musical trasciende a la postal folclorista. Desprendida de la ópera italiana, la zarzuela comienza su camino como una apropiación regional de las formas italianas difundidas en toda Europa a partir del siglo XVI. En México, la zarzuela hace su aparición formal hasta 1855, con la presentación de la compañía dramática de zarzuela y baile de don José Freixas. Proveniente de Cuba, la compañía se presentó en el Teatro Nacional de la Ciudad de México, con la obra Jugar con fuego, de Ventura de la Vega y música de Barbieri. Los mexicanos de entonces describieron el espectáculo como una venturosa combinación entre comedia y ópera.

Manolas y chulapos en el
Teatro Principal
La historia de Guadalajara señala que entre los años 1832 a 1836 se levantaron gran cantidad de teatros improvisados. Después aparecen teatros como El Carnaval, ubicado en la calle Morelos; el Teatro Apolo, edificio que todavía conocemos como el cine Cuauhtémoc, por la calle Juan Manuel. En 1824, el señor José Francisco Zumelzú edificó el que llamó Teatro Principal, que se encontraba en la avenida Juárez, entre las calles Degollado y Molina. En estos espacios se representaban toda clase de espectáculos, entre éstos la zarzuela.
El anecdotario del Teatro Principal confirma la presencia de la zarzuela a través de relatos sobre la asistencia del general Ramón Corona a varias presentaciones. A esto se suma un incidente ocurrido en el mismo teatro, en 1903, en la presentación de la Compañía de Zarzuela Dimarías-Vigil, en la que el tenor José Vigil fue detenido acusado de haberle hecho unas “caricias duras” a la tiple Josefina Peral, sin aclarar a qué tipo de acercamiento físico se refiere con ese adjetivo.
A principios de 1900, la llegada de las tandas al Teatro Principal trae a la famosa “Gatita Blanca” a nuestra ciudad, mote tomado justamente de la zarzuela del mismo nombre, compuesta por Gerónimo Giménez y Amadeo Vives. María Conesa presenta en Guadalajara zarzuelas de un solo acto, que tienen gran éxito.
A partir de 1907, las presentaciones de la famosa “reina de la opereta”, Esperanza Iris, comienza sus temporadas en nuestra ciudad, presentando zarzuelas de compositores como Amadeo Vives, Federico Chueca y Pablo Luna Carné.
Otra de las figuras importantes que trajo a Guadalajara títulos de zarzuelas, fue la tiple española Prudencia Grifell, que presentara, entre otras piezas, La señora capitana. Griffel, quien optara finalmente por la actuación y dejara las zarzuelas, es reconocida por su gracia en el género.
Un lugar especial ocupa don Luis Mendoza López, quien con su Compañía Jalisciense de Ópera y Zarzuela, establece de manera regular un repertorio de zarzuela en el Teatro Principal. Por algunos años esta compañía fue la única competencia real que tuvo el Teatro Degollado.

El Teatro Degollado
La histórica inauguración del teatro Degollado, en 1866, rompe con el monopolio que el Teatro Principal había conservado durante más de 50 años. La zarzuela encontró en el Degollado el público que se había formado en el Teatro Principal. Ahora este nuevo espacio recibe a compañías de zarzuela cubanas, españolas y mexicanas.
En los años cuarenta la soprano Pepita Embil y el barítono Plácido Domingo Ferrer, que pertenecían a la famosa compañía lírica de Moreno Torroba, uno de los compositores más reconocidos de zarzuela, se establecen en México y fundan la Compañía Mexicana de Zarzuela Domingo-Embil.
Las temporadas y presentaciones que tiene esta compañía en el Degollado hacen historia. Es precisamente en un ambiente de zarzuela en el que se forma el tenor Plácido Domingo, hijo de los fundadores de la compañía.

Habaneras y romanzas en el Diana
En 2005 el Teatro Diana abre sus puertas y ello supuso la vuelta de la ópera y la zarzuela a Guadalajara. Ambos géneros estuvieron ausentes por más de cuatro años a causa de las remodelaciones que sufría el Teatro Degollado durante la administración de la señora Sofía González Luna.
En octubre de ese mismo año regresa a nuestra ciudad, luego de 30 años de ausencia, la Compañía de Zarzuela de Madrid, para presentar, junto a la Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, La venta de Don Quijote, con música de Ruperto Chapí y El retablo de maese Pedro, de Manuel de Falla.
Un mes después, Ave Producciones, encabezada por Ernesto ílvarez y Cultura UDG, presentan la primera de las tres zarzuelas que han producido en conjunto: La corte del faraón, de Vicente Lleó. El papel principal de Lota lo llevó la soprano española Mar Abascal, artista del Teatro de la Zarzuela de Madrid. El resto del elenco fueron cantantes y actores de la ciudad.
En 2007 presentan La verbena de la Paloma, del maestro Tomás Bretón y actualmente se encuentra próxima a estreno la llamada “madre de las zarzuelas”: Luisa Fernanda, de Moreno Torroba.
Esta zarzuela cierra, este año, la tercera temporada de la Orquesta Filarmónica de Jalisco. Se presentará en el Teatro Degollado los días 27 y 29 de noviembre.
Los dejos madrileños regresan a la ciudad con perfumes de dehesas extremeñas y el sentimiento de sus romanzas.

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