Maderas preciosas

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Las maderas de los bosques tropicales del sureste de México tienen un alto potencial para ser comercializadas y sustituir las consideradas preciosas, para que especies conocidas como rosa morada, primavera, machiche, granadillo, chicozapote y jabín, entre otras, poseen texturas, colores y propiedades especiales, que pueden competir con el cedro y el roble.
Los anteriores conceptos son afirmaciones de José Antonio Silva Guzmán, quien dirige a un grupo de investigadores universitarios, quienes encontraron que en comunidades ejidales de Campeche y Quitana Roo, desperdician esos recursos y desaprovechan el potencial económico que podrían tener, pues las consideran maderas comunes y de poco valor.
La investigación que realizan desde hace tres años en dichas entidades para conocer la factibilidad de producir muebles y artículos de ornato es financiada por el gobierno de Japón, con cerca de 315 mil dólares, dijo Silva Guzmán, investigador del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias.
El estudio surgió por iniciativa de académicos jaliscienses, en que participaron expertos en administración de empresas, diseño, entre otros, tanto de la UdeG como del Tec de Monterrey, la Universidad de Oregon y la de Hamburgo, Alemania.
Silva Guzmán explicó que las comunidades ejidades de Campeche y Quintana Roo “venden a China los trozos de esta madera a unos 500 dólares por metro cúbico y creen que están haciendo un gran negocio, cuando podrían llegar a ganar hasta 3 mil dólares, porque no saben todo el potencial que tienen y que pueden sacarle más provecho de manera sustentable”.
Tal es el desconocimiento del valor de estos recursos, que ninguna autoridad ni organización mexicana estuvo interesada en este proyecto, que fue realizado bajo mediciones y estándares internacionales e incluso llegaron a negarles el permiso para traer las maderas a Guadalajara para estudiarlas, denunció el académico del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA).
Agustín Gallegos, del Departamento de Producción Forestal del CUCBA, afirmó que no sólo hay desconocimiento de los recursos de los bosques tropicales, sino que como casi en todos los bosques del país, sus programas de manejo no han sido los adecuados, permitiendo la sobrexplotación.
Arno Frí¼hwald, profesor invitado proveniente de la Universidad de Hamburgo, Alemania, explicó que los árboles de clima tropical poseen propiedades estéticas, físicas y mecánicas parecidas al cedro y la caoba, aunque con colores naturales que van desde el rojo, morado y verde, y con texturas que permiten un acabado especial resistente al agua y los hongos.
Los investigadores explicaron que con ellas se pueden elaborar desde artículos como juegos de ajedrez y dominó, de cocina, muebles y hasta superficies para cocinas integrales, con diseños innovadores que les darían un valor agregado.
Además de los estudios técnicos, los universitarios realizaron estudios de factibilidad en diseño y en comercialización, con la finalidad de proporcionar a al menos 50 comunidades ejidales, cursos de capacitación para el trabajo, los negocios y la innovación en una segunda etapa del proyecto, que iniciaría en uno o dos años.
El factor principal, advirtió José Antonio Silva, es cambiar la mentalidad de los comuneros, pues resulta difícil modificar sus usos y costumbres en poco tiempo. “Ya vimos que hay mucho potencial y también interés de los empresarios nacionales y extranjeros para hacer negocios y comercializar estos recursos. Ahora lo que se requiere es cambiar las maneras de trabajar de la gente y eso no se logra en poco tiempo”, dijo Frí¼hwald.
Los universitarios anunciaron que pretenden replicar el proyecto en toda la región tropical de Jalisco, para lograr la comercialización de sus recursos mediante el desarrollo sustentable.

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